Les voy a contar una historia.
Una historia verdadera.
Una historia de sierras y cordilleras.
Les voy a contar la historia de la sierra de Gredos.
Les voy a contar la historia de Ad fauces, Garganta de la Olla.
Les voy a contar una historia de aguas cristalinas y limpias.
Por Ángel Villazón
lunes 12 de agosto de 2024, 09:08h
Les voy a contar la historia de sus fuentes, manantiales, gargantas y riachuelos.
Esta es la historia de unas tierras que emergieron de aguas poco profundas hace 300 millones de años.
Es la historia de violentas deformaciones del terreno, con deformaciones por elevadas presiones y altas temperaturas.
Es la historia de los granitos de la sierra, oprimidos entre dos placas terrestres, provocando el levantamiento de la Cordillera Central, hace 40 millones de años.
Es la historia de esta sierra de Gredos que sufrió erosiones por aguas torrenciales y por acción glaciar hace 2 millones de años.
Es la historia de los glaciares de la Sierra de Gredos qué con su peso de 250 metros de altura de hielo, se desplazaron desde los altos de la sierra hacia abajo durante kilómetros erosionando el granito sobre el que se sustentaban hace cien mil años.
Esta es la historia de neandertales que migraran a la costa hace 42.000 años y de los primeros “homo sapiens” que convivieron en estas tierras gélidas y hostiles.
Esta es la historia del centro peninsular que fue un lugar inhóspito e inhabitable para las primeras poblaciones de Homo sapiens y de sus repetidos asentamientos.
Esta es la historia de una región clave en la evolución humana, refugio de poblaciones paleolíticas.
Es la historia de la Edad de Hierro.
Esta es la historia del pueblo vetton, que en el siglo V a.C. entró en la península ibérica cruzando los pirineos y extendiéndose hacia el sur llegando a ocupar gran parte de la sierra de Gredos.
Es la historia de un pueblo dedicado a la ganadería, y a la agricultura sin poseer la tierra, que aprovechaba la recolección de frutos secos salvajes.
Un pueblo que veneraba la naturaleza, el sol, la luna, la lluvia, la tierra, los ríos, la montaña y los animales.
Esta es la historia de la llegada de los romanos a la Península en el año 219 a C. fue su fin.
Esta es la historia del puerto del Pico qué desde tiempos prehistóricos, sirvió para conectar las dos mesetas.
Es la historia de pastizales de alta montaña, de roquedos, de bosques espesos de pinares, de robledales, de castaños, de bosque mediterráneo, de plantaciones de frutales.
Su clima, el agua, sus torrenteras y gargantas, sus fuentes, ríos y riachuelos y la tierra, hacen de sus huertos, un vergel.
Es la historia de buitres negros, de águilas calzadas, de búhos reales, de halcones y de aves que habitan aquí durante todo el año y que reponen fuerzas en sus largas migraciones.
Es la historia de lobos, zorros, cabras hispanas, y de muchas alimañas que venían a saciar su sed a estas fuentes cristalinas, a estas aguas.
Es la historia de la trashumancia, subiendo y bajando los ganados desde los extremos a la Sierra a comienzos de verano, y desde la Sierra hasta los extremos a comienzos del invierno, bebiendo las aguas limpias y cristalinas para calmar la sed.
Es la historia de la carreteria, y ruta de arrieros y comerciantes de La Vera, y Extremadura, que se detenían a mitigar su sed y la de sus ganados en sus fuentes, manantiales y gargantas.
Es la historia de aislados bosques de castaños, de robles y de frutales, de dos paisajes distintos, la llanura fluvial y las huertas familiares con la fecundidad del suelo verato y de la siempre presente agua que corre por ellos.
Es la historia de sus castros celtas, de los puentes medievales, de las calzadas romanas, de los palacios y edificios señoriales, de los castillos que hay por doquier.
Esta es la historia de una población que se llamó Ad fauces, que significa “junto a las gargantas”.
Esta es la historia de un pueblo donde confluyen dos gargantas, la Mayor y la de San Blas. La Garganta Mayor, desde su nacimiento en la Sierra de Tormantos, discurre ofreciendo gargantas naturales, numerosos charcos y piscinas naturales que invitan a un refrescante y relajado baño.
Es la historia de Ad Fauces, Garganta de la Olla, un pueblo cuyo origen se pierde en el tiempo.
Esta es la historia de una zona conocida como La Olla.
Es la historia de un pueblo con castros vettones, el Cerro del Torrique y Cerro del Salvador.
Esta es la historia de un pueblo destruido por los almorávides.
Es la historia de un pueblo de gran belleza, por su estructura arquitectónica y por el entorno natural que le rodea.
Esta es la historia de un pueblo que te invita a que te adentres por sus calles y disfrutes de un entramado de calles estrechas y coloridas, adornadas con la construcción de casas de adobe, madera y piedra.
Es la historia de un pueblo que muestra su orgullo serrano, su belleza y sus tradiciones conservadas durante muchos siglos
Es la historia del colorido de sus bosques en la primavera y en el otoño, por la gran diversidad de colores.
Hablar de la belleza de sus fuentes manando agua limpia y cristalina, de sus gargantas, de sus torrenteras, de sus manantiales, etc., es difícil, muy difícil, quizás es más fácil dejarse sorprender al ver la imagen siguiente:
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Sierra de Gredos |