El expresionismo es un movimiento artístico surgido en Alemania en 1905. Destaca Die Brücke, un grupo de pintores alemanes asentados en Dresde que pretendía “un puente” para sentar las bases del arte de futuro. Sus obras fueron de las primeras expresiones del siglo XX que buscaban innovar y experimentar.
Se posicionaron firmemente contra los academicismos y pretendían influir en la sociedad destruyendo viejas convenciones, dejando fluir libre y dando expresión inmediata a las presiones emocionales del artista.
Se relaciona con la distorsión y la fealdad, buscaban mostrar lo prohibido y lo obsceno de la existencia humana, y se extendió por todo el mundo dando lugar a nuevas expresiones muy controvertidas.
Además de la diversidad de sus manifestaciones realizadas en diferentes lenguajes y medios artísticos presentó numerosas diferencias e incluso contradicciones en su seno.
Es conocido por el uso de colores vibrantes considerados algunos como rasgos violentos y se caracteriza por la distorsión y la exageración de formas y personajes para potenciar las emociones de los espectadores frente a las obras.
Las obras representan las emociones sin preocuparse de la realidad externa, sino de la naturaleza y de las impresiones que despierta en el observador, siendo más importante el mundo interior d ellos autores que la realidad externa
Además de la diversidad de sus manifestaciones realizadas en diversos lenguajes y medios artísticos, presentó numerosas diferencias e incluso contradicciones en su seno. Presenta gran divergencia estilística y temática entre los diversos grupos que surgieron a lo largo del tiempo, e incluso entre los propios artistas que los integraban. Sin embargo, existen elementos que nos pueden ayudar a reconocer una obra influenciada por esta corriente.
El expresionismo es conocido por el uso de colores vibrantes, considerado por algunos como un rasgo violento. Además, se caracteriza por la distorsión y la exageración de las formas y personajes. Todo ello con el fin de potenciar las emociones de los espectadores frente a las obras.
El expresionismo fue un movimiento artístico, cinematográfico, musical y literario que comenzó como estilo pictórico en Alemania durante la transición del siglo XIX al siglo XX. Luego se expandió a otras disciplinas y regiones hasta alcanzar su madurez entre 1905 y 1933, dejando por fuera la interrupción que significó la Primera Guerra Mundial.
A diferencia de las llamadas vanguardias históricas, el expresionismo no fue un movimiento con un estilo unificado. Fue más bien el resultado de un espíritu crítico frente al nuevo orden occidental.
El desengaño y la crítica hicieron que este movimiento tuviera como centro de su programa la percepción pesimista de la vida y al individuo contemporáneos, el rechazo a la composición premeditada y el cuestionamiento de la belleza apolínea como fin último de la obra artística.
La generación expresionista concibe al individuo como un ser a la merced de los acontecimientos, carente de sustancia propia y sometido a la mediocridad. Para esta generación, las personas han sido despojadas de libertad y autonomía, y han sido reducidas a piezas del sistema.
El expresionismo desea representar la esencia del individuo contemporáneo. Rechaza, por lo tanto, la mera representación de las apariencias. Cultiva, así, el dramatismo, la subjetividad y la expresión de lo sentimientos humanos, especialmente la decepción, el terror, la angustia, la soledad, la miseria humana, el despojo y el descreimiento.
Lo psicológico juega un papel fundamental, ya que indaga sobre los sentimientos primarios o instintivos de los sujetos, el mundo onírico y el universo de lo grotesco. Favorece la distorsión y la tensión entre la realidad y lo percibido en la obra.
Otra de las características es que las obras representan las emociones sin preocuparse de la realidad externa, sino de la naturaleza interna y de las impresiones que despierta en el observador. Para esta corriente es más importante expresar el mundo interior de los autores antes que la realidad externa.
También podemos mencionar la búsqueda por plasmar una imagen objetiva del subjetivismo de las emociones y los sentimientos humanos, hace que el expresionismo tenga la tendencia por el uso de la línea, de colores fuertes y puros en contraste con las formas retorcidas y agresivas.
Debido a la diversidad de estilos que presenta, los cuadros expresionistas parecen incluso proceder de diferentes movimientos, pero todos se engloban en la deformación de la realidad que tanto caracteriza esta corriente.
Los artistas expresionistas más representativos e influyentes fueron los siguientes:
Edvard Munch (1863–1944)
Considerado el precursor del expresionismo, el estilo personal de Munch, marcado por su soledad, depresión y alcoholismo, contrastó notablemente con las pinturas impresionistas de la época. Originario de Noruega, Munch vivió una vida llena de sufrimiento y angustia, hecho que contribuyó al desarrollo de su creatividad con la que trataba de “diseccionar almas”, tal y como él describía. Su pintura “El grito”, robada y recuperada en 2 ocasiones, es su obra maestra y el cuadro expresionista por excelencia.
Eduard Munch
Vasili Kandinsky (1866–1944)
Uno de los propulsores del arte abstracto, Kandinsky, consideraba que la belleza se encontraba en la simplificación formal, las geometrías en armonía y en la variedad del color. Cabeza del grupo Der Blaue Reiter, basó sus pinturas en tres conceptos: las impresiones (inspiración de la naturaleza), las improvisaciones (expresión de las emociones) y las composiciones (basadas en la intuición). Sus obras experimentaron una gran evolución: desde las “Casas de Múnich”, pintura puramente figurativa, hasta sus “Composiciones”, expresiones de su mundo interior.
Kandinsky
Kandinsky
Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938).
Padre del movimiento expresionista alemán y creador del grupo Die Brücke ya mencionado, su obra se caracteriza por la arbitrariedad de color y la simplificación. Sus pinturas se centraron en un principio en paisajes, evolucionando hacia el desnudo y a la escenografía urbana berlinesa, con un carácter escabroso. Pasada la Primera Guerra Mundial, su estado de salud física y mental se deterioró y pasó a formar parte del elenco del “arte degenerado”. Una de sus pinturas maestras es “Chica Sentada”, retrato de la musa Fränzi, una niña berlinesa de 10 años.
Fränzi ante una silla tallada (1910), de Ernst Ludwig Kirchner.
Es uno de los grandes representantes del expresionismo, siendo miembro de Die Brücke (El Puente) desde 1905 y disolviéndolo en 1913. Un cambio que llevó a Kirchner a evolucionar del Impresionismo al Expresionismo, tratando temas como los retratos, los paisajes y los desnudos.
Aunque no tuvo mucho éxito en sus exposiciones, Kirchner se refugió en la pintura como forma de escapar de enfermedades mentales que le asaltaron tras su paso por el frente durante la Primera Guerra Mundial.
Muchas de sus obras fueron destruidas por los nazis en el año 1937, suicidándose él en 1938. Entre sus principales obras se destaca Escena de calle de Berlín, Autorretrato como soldado y Cinco mujeres en la calle.
Ernst Ludwig Kirchner: Autorretrato como soldado.
Tres Bañistas (1913), de Ernst Ludwig Kirchner
Franz Marc (1880-1916)
Fue uno de los principales pintores expresionistas alemanes, formando parte de la corriente Der Blaue Reiter, El jinete azul. Sus obras se caracterizan por retratar animales y emplear colores primarios llenos de brillo y cargados de emociones.
Así, Marc confería un significado a cada color. El amarillo lo identificaba con la alegría, mientras que el azul representaba la espiritualidad y el rojo, la violencia. Un uso del color inspirado en el pintor Robert Delaunay y con el que trataba de mostrar la vitalidad y la fuerza de la naturaleza. Rechazó representar seres humanos al considerarlos indignos de ello.
Su respeto hacia los animales se plasmó en sus numerosos retratos de caballos y cuervos, inspirándose en las pinturas rupestres. Entre sus obras más representativas se hallan El caballo azul, La vaca amarilla y El destino de los animales.
Franz Marc: El destino de los animales
Influenciado notablemente por Van Gogh, es también uno de los considerados referentes del expresionismo por su participación en la corriente Der Blaue Reiter. Sus pinturas se caracterizan por coloridos y simples retratos animales, repletos de emoción, vitalidad y respeto. En cambio, se opuso a lo largo de su carrera a retratar al ser humano, el cual consideraba un ser despreciable. Su pintura con más impacto es “Caballo azul”, donde paisaje y animal se resuelven en base a formas geométricas
Kathe Köllwitz (1867-1945)
La pintora Kathe Köllwitz forma también parte de los pintores expresionistas alemanes más importantes, destacándose por una obra eminentemente social, al mostrar a las clases trabajadoras, a los marginados y los olvidados de la sociedad. Esta pintora estudió en la Escuela de Mujeres de la Academia de Berlín y en la Escuela de Arte de Múnich, llegando a ser nombrada miembro de la Academia Prusiana de las Artes, siendo la primera mujer en ocupar una plaza en esa institución.
Pacifista convencida, en sus obras mostró la muerte, la maternidad, las causas sociales, el pacifismo, el horror de las madres como botín de guerra, así como la vulnerabilidad de la población femenina en la guerra y en el régimen nazi. Unas denuncias por las que fue perseguída por el gobierno nazi, privada de su cargo como directora de la clase de grabado y se la mantuvo recluida, prohibiéndole hacer exposiciones. Falleció en 1945, unos días antes de finalizar la II Guerra Mundial.
Entre sus obras se destaca la serie de aguafuertes titulados La crianza de los tejedores (1893-1897), inspirados en la obra de teatro Los tejedores de GerhartHauptmann, donde se denuncia la opresión del proletariado.
Otto Dix (1891-1969)
Otto Dix dio sus primeros pasos con el expresionismo mostrando la realidad desde su lado menos agradable, más feo, crudo y satírico. Era hijo de obreros, pero su gran talento como dibujante le llevó a ser considerado como uno de los grandes talentos del momento. Un artista muy personal y con grandes influencias de los renacentistas alemanes, además de los cubistas, futurista y dadaístas.
Su participación en la Primera Guerra Mundial le afectó enormemente, volviendo su arte más crítico. Un espíritu crítico que se agudizó con la llegada de los nazis al poder, siendo destituido de su plaza de catedrático de bellas artes.
Algunas de sus obras fueron quemadas por los nazis, otras, robadas, siendo considerado por el régimen como un artista degenerado.
George Grosz (1893-1959)
Fue uno de los miembros del movimiento Dadá para terminar en el movimiento Nueva Objetividad antes del alzamiento del Tercer Reich. Fue también un buen dibujante y caricaturista, involucrándose en el expresionismo antes de la Primera Guerra Mundial. Un conflicto que le dejo una enorme huella, mostrando así obras llenas de violencia, visiones apocalípticas y críticas políticas.
Autorretrato (1910), de Marianne von Werefkin.
Oskar Kokoshka: La diosa del aire o La novia del viento. 1913-1914.
Fernando Botero. El niño de Vallecas
Amadeo Modigliani Retrato de Paul Guillaume
Emil Nolde: La crucifixión. 1911-1912.