
Hace unos 200 millones de años surgieron los primates y hace quince millones de años se separaron dos grandes familias: los póngidos y los homínidos. Los primeros homínidos fueron los Australopitecos, de los cuales desciende el homo, género al cual pertenecemos nosotros.
Los póngidos siguieron evolucionando hasta dar lugar a los actuales gorilas y chimpancés.
Los cambios que convirtieron a una parte de los primates en humanos fueron, la posición vertical y bipedismo, la cabeza en equilibrio erguida sobre la espalda, la transformación de la laringe y el uso del fuego y de herramientas.
El término prehistoria designa a las épocas anteriores a la invención de la escritura. Comprende desde la aparición de los primeros homínidos del género Homo, especies humanas antecesoras del Homo sapiens, hasta la aparición de las primeras sociedades complejas, que ocurrió alrededor del año 4000. Permite agrupar a todas aquellas sociedades cuya existencia es previa a la historia antigua, que carecen de algunas características que reconocidas como típicas de las llamadas civilizaciones históricas, que en son:
- Una forma de organización social compleja y jerarquizada, con estructuras administrativas y políticas de tipo estatal y algún tipo de intercambio económico de larga distancia.
- Capacidad de modificación sustancial de su hábitat lo que provoca una transformación importante del paisaje.
- Aglomeración de la población en ciudades y un sistema de registro basado mayormente en la escritura.
La aparición de la escritura suele ser reconocida como el punto de inicio de la historia, y los métodos para estudiar a las sociedades de la prehistoria suelen proceder de la arqueología.
Se la suele dividir en dos grandes edades: Edad de Piedra y Edad de los Metales.
La prehistoria se caracterizó por el desarrollo de tecnología, herramientas y armas, para la caza y recolección, la pesca, la agricultura y otras actividades y destacaron el arte rupestre, la fabricación de estatuillas y cerámica, y el establecimiento de asentamientos sedentarios y cementerios.
Períodos y etapas. Edad de Piedra
La prehistoria se divide en períodos que, a pesar de su imprecisión cronológica y geográfica, se consideran etapas en la transformación de las capacidades humanas para trabajar los materiales, fabricar las herramientas y organizar las formas de subsistencia y vida social. Así, se suele hablar de dos grandes edades:
La Edad de Piedra fue la etapa durante la que el ser humano fabricó y utilizó en su mayoría herramientas de piedra, madera, hueso y otros materiales simples. Esta etapa a su vez comprende tres períodos:
- Paleolítico. Fue el período más largo de la Edad de Piedra, que se inició con la creación de las primeras herramientas de piedra creadas por homínidos. En este período existieron especies del género Homo anteriores al Homo sapiens, como el Homo habilis, y otras que llegaron a coexistir con el Homo sapiens, como el Homo erectus y el Homo neanderthalensis. Estas especies eran principalmente cazadoras-recolectoras. A finales de este período, el Homo sapiens se esparció por la Tierra.
- Mesolítico. Corresponde más o menos con el fin de la última glaciación, fue un período en el que comenzó el calentamiento de la Tierra que obligó a los seres humanos a adaptarse a los cambios climáticos y geográficos. La humanidad siguió siendo nómada, aunque hacia finales del período aparecieron los primeros asentamientos temporales.
- Neolítico. Durante este período se produjo una verdadera revolución tecnológica, a partir de la invención de la agricultura y la ganadería. La cría de animales, el cultivo de cereales y legumbres, y el intercambio de productos entre comunidades supusieron un cambio sustancial, que incluyó la aparición de las primeras poblaciones sedentarias.
Edad de los Metales
Fue una etapa en la que el ser humano desarrolló la metalurgia, lo que le permitió fabricar herramientas con metales que resultaron resistentes. Esta edad correspondió en algunas regiones a la prehistoria y en otras al surgimiento de las primeras civilizaciones estatales que marcaron el inicio de la historia según la terminología tradicional. Se divide en:
- Edad del Cobre. El cobre fue el primer metal empleado por la humanidad, primero bruto y luego fundido, lo que dio nacimiento a la metalurgia. Permitió crear herramientas cortantes, y dio nombre a este período, que también fue llamado Calcolítico y se documentó en algunas regiones de Oriente Próximo, África y Europa.
- Edad del Bronce. El conocimiento del cobre permitió su aleación con el estaño y así nació el bronce, que marcó un hito en la historia de la fabricación de armas, escudos, objetos ornamentales, herramientas, entre otros. También el vidrio se descubrió en este período. El inicio de esta etapa coincidió en algunas regiones con el surgimiento de grandes organizaciones estatales, como el Estado faraónico en Egipto y las ciudades-Estados sumerias en Mesopotamia.
- Edad del Hierro. Algunas civilizaciones antiguas ya habían aparecido cuando comenzó la Edad del Hierro, y su dominio de este metal exigió y propició nuevas técnicas y nuevos métodos metalúrgicos. El hierro era abundante y, una vez trabajado, permitía fabricar herramientas y armas más fuertes y eficaces, lo que ejerció una importante influencia en la guerra. Su comienzo se dio en el Oriente Próximo y el sudeste de Europa en torno al 1200 a. C..
Arte prehistórico
Durante la prehistoria se dieron las primeras formas de arte de la humanidad, consistentes en pinturas o grabados rupestres sobre paredes de cuevas, para lo que se empleaban distintas sustancias: sangre, grasa animal, carbón vegetal y ciertos pigmentos minerales. Este arte primitivo consistió en siluetas de manos, representaciones de animales y humanos en escenas de cacería u otras actividades.
Posteriormente, se empezó a practicar la escultura, en piedra primero y luego en otros materiales, como la cerámica y los metales. La elaboración de recipientes de cerámica sirvió como soporte para la representación de imágenes. En la prehistoria fueron comunes los objetos ceremoniales y religiosos, como las estatuillas paleolíticas conocidas como venus y otras de figuras humanas y de animales.
En la prehistoria comenzó la composición de los primeros relatos orales, transmitidos de generación en generación, probablemente con contenidos míticos o religiosos.
La historia, se refiere a los eventos protagonizados por la humanidad desde la invención de la escritura, desde el surgimiento de un sistema gráfico de signos.
La prehistoria está formada por las siguientes etapas
Paleolítico, desde los 2.500.000 a.C. hasta los 10.000 a. C.
Mesolítico, desde los 10.000 hasta los 4.000 a C.
Neolítico, desde los 4000 a. C. a los 8.00 d. C.
La lucha por la supervivencia fue en los tiempos paleolíticos, una lucha con el medio natural y con sus competidores de otras especies animales. Como la vida era muy dura, sólo una minoría de seres humanos cumplía los 40 años de vida y los que llegaran a esa edad seguramente tendrían una vejez difícil, aquejados de muchas enfermedades
La alimentación del hombre prehistórico dependía básicamente de la recolección de plantas, tubérculos y otros vegetales, y animales pequeños. Los primeros seres humanos cazaban presas pequeñas, pero con el desarrollo de la vida comunitaria y la tecnología de caza, el Homo erectus pudo convertirse en un depredador de manadas de animales salvajes o grandes, como el mamut y el bisonte, o de peces una vez que inventó redes.
No mantenía una dieta equilibrada y en muchos casos su alimento consistía en carne en estado de semiputrefacción. Los grupos u hordas de esta época vivieron generalmente en cuevas que los protegían del frío y la humedad.
Estos lugares también servían como lugar de enterramiento y de cultos y ritos. La aparición del arte rupestre convierte a la cueva en un santuario, que la convierte en el centro del universo familiar.
Las cuevas tenían áreas de actividades bien definidas, lugar para encender la hoguera, talleres para el trabajo de piedra, hueso, madera, etc., áreas sagradas para las ceremonias, el culto y la magia, piletas naturales para el agua.
En el exterior, había zonas para trabajar y secar pieles, áreas de descuartizamiento, fuegos de protección nocturna y chozas de estación cálida. Los arqueólogos también han encontrado restos de cabañas que se usaban como vivienda.
Los grupos humanos generalmente se asentaban en ciertos lugares donde abundaba la comida, como zonas fértiles y donde vivían los animales de gran tamaño. Algunos de estos asentamientos fueron ocupados durante miles y miles de años. En esta etapa comenzó una diferenciación de labores entre hombres y mujeres. Como las crías humanas necesitan los cuidados maternos hasta mucho después del nacimiento, las madres humanas estaban mucho más atadas que las de la mayoría de los primates, y los padres cargaron con la tarea de obtener el alimento cazando animales, una actividad prolongada y ardua que no realizaban las hembras porque tenían que cuidar a las crías.
Los individuos del Paleolítico tenían ciertas creencias religiosas, como demuestra el hecho de que enterraran a sus muertos. Divinizaban a las fuerzas de la naturaleza, rayos, lluvia, sol, a las que necesitaban, admiraban o temían.
La vida en el neolítico 10.000 años atrás, comenzó a cambiar. El cambio más significativo con respecto a la etapa del Paleolítico era su conversión en granjeros y pastores, estableciéndose en aldeas estables, con el que se convirtió en sedentario .
Después de la revolución neolítica nuestra especie comenzó a multiplicarse con rapidez. La introducción de una economía productora de alimentos afectó, a las vidas de todos los involucrados en ella lo bastante para reflejarse en la curva de la población.
Para incrementar la provisión de alimentos, sólo fue necesario sembrar más semillas, cultivando mayor extensión de tierras. Con más bocas para alimentar, también vinieron más brazos para trabajar los campos. Los niños se hicieron económicamente útiles porque podían ayudar a deshierbar los campos, y a espantar los pájaros u otros animales destructores. Además, podían cuidar a las ovejas y vacas.