Los primeros humanos llegaron a nuestra península procedentes de África, debido al seguimiento de manadas de animales de las que dependía su alimentación, según los investigadores de Atapuerca.
Herramientas de piedra en una cueva en el sur de Francia sugieren que el Homo sapiens estuvo en Europa occidental hace unos 54.000 años, es decir, , varios miles de años antes de lo que se pensaba, lo que indica que las dos especies podrían haber coexistido durante un largo periodo.
Ahora podemos demostrar que el Homo sapiens llegó a Europa 12.000 años antes de lo que creíamos y que esta población fue reemplazada después por otras poblaciones de neandertales. Esto reescribe todos nuestros libros de historia.
Los neandertales surgieron en Europa hace 400.000 años. Y la teoría actual sugiere que se extinguieron hace unos 40.000 años, poco después de que el Homo sapiens llegara al continente procedente de África. Pero el nuevo descubrimiento sugiere que nuestra especie llegó mucho antes y que las dos especies podrían haber coexistido en Europa durante más de 10.000 años.
La evidencia sugiere que este grupo primitivo de humanos vivió en el sitio durante un período relativamente breve, quizás de unos 2.000 años, después de lo cual el sitio quedó desocupado. Los neandertales luego regresaron, ocupando el lugar durante varios miles de años más, hasta que los humanos modernos regresaron hace unos 44.000 años
Un reciente hallazgo ha descubierto el fósil de la cara del primer europeo, un hueso parcial de un ser humano que vivió, hace 1,4 millones de años, hallado en la en la sierra de Atapuerca, forma parte de la historia de la evolución humana.
Neandertal
El Homo antecessor, cuya antigüedad se ha cifrado en 850.000 años, presenta la cara más antigua registrada hasta la fecha en la historia de la humanidad.
Buscando los orígenes del ser humano, se descubrieron vértebras fósiles de dos millones de años de Australopithecus sediba, una especie extinguida del pariente humano. Sus fósiles fueron descubiertos durante las excavaciones de una vía minera junto a Malapa, situado en Sudáfrica.
El estudio de las vértebras halladas ha desvelado que este ancestro caminaba de manera erguida, como los humanos, pero trepaba como un simio.
La región lumbar es fundamental para comprender la naturaleza del bipedalismo en nuestros primeros antepasados. Las adaptaciones de la espalda baja al bipedalismo rara vez se demuestran en los primeros homínidos fósiles. Esta columna lumbar muestra que tenía cinco vértebras lumbares y por tanto era una columna vertebral muy similar a la nuestra.
Los Australopithecus son los ejemplares más antiguos, datados en torno a hace 5-6 millones de años, que evolucionaron hacia el Homo habilis, considerada la primera especie humana, hacia 2.4 millones de años.
La especie humana más antigua es el Homo antecesor, que se encontró en Atapuerca, datados en unos 840.000 años a. Es el único yacimiento de España donde aparece el Homo antecessor.
Descendientes de él y también protagonistas de los primeros poblamientos, encontramos el Homo heidelbergensis, también conocido como preneandertales.
Hay algunos yacimientos dispersos por la península ibérica, como Bañolas, en Cataluña, y en la Sima de los huesos de Atapuerca, así como en la parte de la desembocadura de Lisboa, en la gruta de Aroeira.
Esta especie, antepasado directo de los neandertales, vivió entre 500 000 hasta hace unos 250 000 años y los últimos estudios han desvelado que el Homo heidelbergensis, ya cuidaba de sus enfermos. Forman parte del Paleolítico inferior, vivían del carroñeo, la recolección y quizá también cazaban. Eran nómadas, se reunían en pequeños grupos y fabricaban instrumentos en piedra. Esta especie sirvió probablemente de transición entre el Homo antecessor y el Homo neandertalensis.
Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron el Homo neandertalensis, con una antigüedad de unos 95.000 años y el Homo sapiens, hace unos 35. 000 años
Homo sapiens
Los neandertales estuvieron distribuidos por toda la península. Uno de los principales yacimientos es el del Sidrón, en Asturias, pero también en la Comunidad de Madrid, donde el más importante es el de Pinilla del Valle, en el Valle de Lozoya. En el sur se encuentra el yacimiento de Sima de las Palomas. Hay otros yacimientos donde no hay estrictamente neandertales, pero se encontraron las herramientas que los neandertales dejaban, como en el Bono Mor de Valencia.
Los hallazgos sobre el comportamiento de nuestros parientes más cercanos que se han descubierto los últimos años han supuesto un cambio abismal en la imagen que teníamos anteriormente de los neandertales, que habitaron la península ibérica como último reducto antes de su desaparición.
Se hibridaron con nosotros, por lo que se pueden considerar parcialmente antepasados, pero hace unos 30 000 dejaron de aparecer en el registro fósil”. No se sabe si fue porque se extinguieron, o bien porque se hibridaron con los Homo sapiens.
Nuestros parientes fósiles más recientes tenían un cerebro grande y un cuerpo muy pesado en comparación con los humanos modernos. Este tipo de cuerpo, heredado del Homo heidelbergensis, requiere altos niveles de energía, lo que llevó a los investigadores a estudiar su alta capacidad pulmonar. El origen evolutivo de esta forma corporal de los neandertales, dentro del linaje de los homínidos europeos, se puede encontrar en el yacimiento de la Sima de Los Huesos.
Otros estudios apuntan a que la capacidad de pensamiento simbólico no es exclusiva del Homo sapiens. Unos grabados de líneas en la roca de la cueva de Gorham, en Gibraltar, fueron el primer hallazgo de arte rupestre realizado por neandertales. En esos mismos grabados se encontraron restos óseos de rapaces y córvidos, lo que llevó a los investigadores a pensar que utilizaban las plumas de forma decorativa.
Estos hallazgos nos han hecho comprender que estos seres humanos poseían una capacidad intelectual mayor que la que habíamos supuesto. Elaboraban adornos, tenían ritos a los muertos, realizaban representaciones artísticas y su mundo ideológico era bastante más amplio del que habíamos creído.
El año de 2021, otro estudio liderado por científicos españoles mostró que el neandertal estaba equipado anatómicamente para tener un lenguaje articulado, y usar así, como nosotros los sapiens, comunicación verbal.
Debió de haber diferencias, pero actualmente este campo de investigación es muy dinámico y sería arriesgado poner una frontera entre ambos grupos, que además, se interrelacionaron íntimamente y culturalmente”.
De estos homínidos, los restos más antiguos se han encontrado en yacimientos como la depresión de Guadix-Baza , en la Sima de los Huesos y en la Gran Dolina de la sierra de Atapuerca, en Burgos.
Tan solo en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han encontrado restos fósiles y evidencias de la presencia de cuatro de estas especies, el Homo antecesor, 850 000 años, preneandertal, 500.000 años, Homo neanderthalensis 50.00 años y Homo sapiens.
Los fósiles humanos hallados en Atapuerca pertenecen a cráneos y mandíbulas de seis individuos, cuatro niños y dos adultos, que vivieron hace unos 800 000 años y cuyas características antropomórficas parecen diferenciarlos de otros, encontrados hasta la fecha en Europa, por lo que se considera que pertenecen al Homo antecesor. En la Sima de los Huesos, en Atapuerca, también se han hallado abundantes fósiles humanos, con 13 000 restos de esqueletos que se consideran pertenecientes al denominado Homo heidelbergensis.
Históricamente se han planteado dos posibilidades, que los primeros pobladores de la península llegasen desde el norte, o desde Gibraltar. Uno explicaría la ubicación de los yacimientos peninsulares para este período, ya que podría ser que grupos como el Homo ergaster, propio de África, con una técnica poco evolucionada, entrase en competencia por los recursos con grupos más evolucionados y emigraran hacia el norte.
Al encontrarse con un clima muy duro, podrían haber avanzado hacia el oeste hasta encontrarse con la península y avanzarían rápidamente hacia el sur. La otra posibilidad plantea que los primeros pobladores llegasen a través de Gibraltar y diesen lugar a los yacimientos del sur.
Hay estudios que evidencian la entrada de homínidos en Europa por el sur de la península ibérica hace unos 900 000 años, basado en la datación de restos fósiles de humano y de primates africanos encontrados en Cueva Victoria en Cartagena, Murcia.
Estos hallazgos, junto con restos de tecnología lítica de la misma época descubiertos en un yacimiento cercano, y la coincidencia temporal con una bajada del nivel del mar, hacen pensar a los investigadores en la llegada de alguna especie humana desde África cruzando el estrecho de Gibraltar.
Los neandertales y los homo sapiens convivieron durante alrededor de 10.000 años en la Península Ibérica. Compitieron por el acceso a la caza en los mismos nichos ecológicos, e incluso se mezclaron entre ellos, reproduciéndose principalmente machos neandertales y hembras sapiens.
Aunque no se conoce el motivo de la extinción de estos homínidos, factores como el retraso tecnológico o una peor organización social respecto a los sapiens parece que dificultaron su existencia y estuvieron implicados en su desaparición.
Las diferencias en algunos aspectos fueron determinantes, como en el caso de la caza. A través del análisis de los restos hallados en diferentes yacimientos, se ha podido conocer que mientras los homo sapiens utilizaban proyectiles para realizar esta tarea, los neandertales sólo disponían de lanzas o jabalinas, lo que les hacía estar más expuestos al peligro. De hecho, es muy frecuente en los restos neandertales encontrar patologías de muchos accidentes relacionados con la caza, como fracturas en los brazos, en las piernas y en la cabeza.
Otro de los factores que dificultó la pervivencia de los neandertales es que sus grupos eran más reducidos que los de los sapiens, entre 18 y 25 individuos, frente a entre 30 y 40, y poseían una estructura social menos jerarquizada, por lo que las tareas se desarrollaban de una forma menos eficiente. Si bien durante los aproximadamente 80.000 años en los que poblaron la Península Ibérica evolucionaron y mejoraron sus hábitos, factores como estos les situaron en desventaja con sus homínidos competidores.
En cuanto a las diferencias físicas los neandertales presentaban una mayor capacidad craneal que los sapiens, una frente bastante más elevada, una cara más expuesta hacia afuera y no tenían mentón. La barbilla es un rasgo característico de los sapiens, los únicos que la poseen en toda la evolución humana. Sus fosas nasales eran, además, mucho más grandes, porque estaban adaptadas para calentar el aire en condiciones de máximo frío, algo que los investigadores han entendido que no les hacía falta a los cromañones, ya que procedían de la más calurosa África, dominaban el fuego y tenían tecnología suficiente como agujas, para tejer sus ropajes.
Su cilindro corporal era, bastante más ancho que el de los humanos actuales y eran más fuertes, aunque estaban más preparados para perseguir animales que para correr. Desde ese punto de vista, los sapiens estamos preparados para cazar en velocidad y no en persecución, como harían los neandertales.
En el madrileño Valle del Lozoya, los neandertales encontraron un sitio perfecto para la vida, ya se conservan los pastos durante más tiempo que en los parajes de su alrededor. Esto atrajo en primer lugar a manadas de animales, en segundo a los grandes carnívoros y, en tercero, a estos homínidos.
En cuanto a su alimentación los neandertales eran recolectores y cazadores. Cazaban rinocerontes, los antecesores de los actuales toros de lidia, caballos, ciervos y corzos. Todo esto mezclado con especies que hoy sólo vemos en África como hienas, leones o leopardos.
Habitaban en campamentos ubicados en cuevas y abrigos, así como al aire libre. Se han encontrado restos en varias cuevas en las que o bien vivían neandertales, o bien convivían con las hienas. La competición con las hienas y la enorme aportación de calorías que representa la llegada de especies como un rinoceronte de estepa que desapareció hace 40.000 años fueron dos hechos que marcaron la historia de los neandertales de este punto singular de la Península Ibérica, ha concluido.