Otros muchos platos típicos de México de los que les ofrecemos una referencia son:
Sopa azteca
Otro plato típico popular es la sopa azteca o sopa de tortillas de maíz, siendo este su ingrediente principal, junto con un sofrito de ajo, cebolla y tomate, al que se le añade caldo de pollo hasta que reduzca, y se sirve con queso y dados de aguacate.
Si quieres probar más sopas mexicanas, te recomendamos algunas como la sopa de nopales, un tipo de cactus, el rico caldo tlapeño con pollo, garbanzos, calabacín, tomates y zanahorias, entre otros ingredientes, o la refrescante sopa de lima.
Tamales oaxaqueños
Este platillo prehispánico, tiene una variedad tan grande que de los diez tipos más conocidos existen muchas variedades. El tamal sigue la ruta de los platillos elaborados a base de maíz, carne y chile, aunque también los hay dulces.
Los tamales pueden encontrarse en multitud de países de América Latina, pero en México tienen una importancia especial, ya que los olmecas, mexicas y mayas, ya los consumían en rituales religiosos, de matrimonio, se usaban como ofrenda, e incluso eran los protagonistas de varias festividades.
Son bastante económicos y fáciles de preparar. Su principal ingrediente es la masa de maíz envuelta en hojas de plátano, cocinada al vapor en una olla de buen tamaño. Se rellena con carne de puerco, carne deshilachada, pollo, verduras, chiles, e incluso frutas, en su versión más dulce, cocinadas al vapor, para acabar en la mesa acompañados de cilantro, queso, cebolla y huevo. También hay variedades con relleno dulce, piña, zarzamora, fresa, o algunas más exóticas como el de camarón, pescado.
Otra versión de tamal más sencillo, pero igualmente delicioso, son las corundas de Michoacán, envueltas en hojas de maíz, rellenas de manteca y acompañadas de queso.
Chilaquiles
Uno de los desayunos favoritos de los mexicanos son los chilaquiles, unas tortillas de maíz pequeñas triangulares horneadas o fritas, conocidas como totopos, sobre los que se vierte una salsa picante roja o verde, de chiles y tomate, crema agria y queso, y se sirven con cebolla cruda, un huevo frito y frijoles. La mejor forma de empezar el día.
Los chilaquiles son el desayuno por excelencia de los mexicanos; además, existen numerosas variedades: fritos o tostados, aguados o secos, con huevo o con carne. Es uno de esos alimentos tan versátiles que permite que la creatividad culinaria de quien los prepara se ponga a juego.
Aunque son cotidianos, pocas veces nos cuestionamos sobre su origen o lo que significa su nombre, la palabra chilaquil que a su vez está compuesta por las palabras chiti, «chile», y aquīlli «algo metido en». Se desconoce si tuvieron alguna forma primaria durante la época prehispánica, aunque es claro que el maíz y el chile eran protagonistas en la cocina de dicha época, pero el queso, la cebolla y la crema fueron introducidos posteriormente por los españoles.
Los antiguos mexicanos llamaban chimulli a la salsa o potaje de chilli. Los indígenas y novohispanos decidieron aprovechar las tortillas endurecidas remojándolas en la salsa de chile, costumbre tradicional hasta hoy en día, pero la fecha en que empezó a realizarse se desconoce.
Parece que es un alimento mestizo, muy lejos de ser indígena, cuando la época de influencia de los conventos tenía una fuerte repercusión en la gastronomía.
Actualmente, existe una gran cantidad de variedades de chilaquiles, algunas con ingredientes poco comunes o con salsas exóticas. En esencia todos deben estar compuestos por tortillas de maíz y salsas con chiles.
Molcajete de carnes
El molcajete es una especie de mortero de piedra volcánica, que se lleva usando desde hace mucho tiempo para preparar las deliciosas salsas mexicanas. Este instrumento de cocina, hoy en día, llega hasta nuestras mesas presentando el molcajete de carnes, que consiste en una mezcla de pollo, costillas, nopales, cebolla y chiles marinados en soja y limón, y asados al carbón, junto con chorizo y queso panela también a la brasa, y servido con frijoles, cilantro, lima, tortillas de maíz y aguacate.
Para curar o limpiar un molcajete de piedra volcánica, debido a que está hecho de piedra, hay que limpiarlo muy bien y no se puede usar sin haberlo limpiado muy bien pues suele soltar restos del material con el que está hecho.
Con gran puño de sal de mar, comienza a molerlo, hasta que la sal quede fina y salga limpia y si la sal aún tiene un color gris, vuelve a repetir el paso anterior hasta que quede completamente blanca, y posteriormente utiliza enjuagar con mucha agua. El curado del molcajete puede hacerlo con maíz quebrado y arroz seco y crudo.
El molcajete de carnes cada día se vuelve más popular en las reuniones, pues es una forma de taquear práctica y muy deliciosa. Se acompaña de queso panela y nopales.
Ángel Villazón Trabanco es ingeniero, escritor y periodista cultural y te brinda la posibilidad de leer algunos de sus libros:
- Goces y sufrimientos en medievo
- Los tacos de huitlacoche
- Los enanos
- El sueño de un marino cántabro y el sueño de un orfebre andalusí
- Senderos de Libertad
También puedes leer otros artículos y relatos suyos en esta misma página web: www.angelvillazon.com
Ángel Villazón Trabanco
Ingeniero Industrial
Doctor en Dirección y Administración de Empresas