Un té, dos tés, tres tés.
Dalia y Juancho pasean por el parque del Encuentro en Rivas Vaciamadrid.
—¿Me preguntas cómo es la vida en los campamentos saharauis, en Tindouf?
Te voy a contar la historia de mi madre Decala y puede que sea la mejor forma de que lo entiendas.
Mi madre, Decala está gozosa. Rodeada de sus amigas, charlan y ríen, moviéndose de un sitio a otro sin ningún control. La ocasión lo requiere. Se va a casar con su príncipe soñado, Bachir Mustafa Abass, jefe supremo de la Wilaya Dajla.
Bachir Mustafa es un joven de buen porte. Hace catorce meses que ha sido elegido jefe de Dajla y está enamorado, de tiempo atrás y hasta lo más recóndito del corazón, de su Decala. El novio tiene toda la nobleza que arrastran desde hace siglos los hijos de las nubes, como así les gusta ser llamados; Hay energía varonil en sus facciones, pero lo más notable en él son sus ojos penetrantes. Apuesto, suave de carácter e infatigable en el logro de sus empeños, es un tesoro para su amada y el idóneo marido para ayudarla a alcanzar un merecido futuro, en libertad… o eso desea Desde las primeras horas de la mañana, entran y salen de la jaima, amigos y vecinos que van a saludar, a ofrecer su cariño y desear todo tipo de parabienes a la novia. Aprovechan la oportunidad para tomar té y un poco de miel y aceite, dos tesoros en el Sáhara, simplemente porque no los hay. La familia saluda a Saad, marido de Jira, madre de la futura desposada. Su hermano el hijo de Jira, Lali, y su primo Daha, corretean a su alrededor con la alegría propia de la edad. Decala, en compañía de sus amigas, toma su ronda de tés como despedida de soltera. El primero, con poco azúcar, es amargo; el segundo, conseguido a partir de los restos del primero, es dulce y el tercero y último, por el mismo proceso, es suave. Amargo, dulce, suave.
El primero es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor y el tercero es suave como la muerte. Vida, amor y muerte. Por eso el té saharaui define tan bien la esencia de su pueblo.
Las nupcias, ¡Inolvidables! Cinco días de risas, bailes, canciones y ceremonias… y la mejor de las fiestas: la de su inmenso amor.
Decala es una estupenda danzarina, y en el día de su boda dedica su mejor hacer a iluminar los sentidos de su futuro esposo, pues no tiene ojos nada más que para él. La danza saharaui es sofisticada. Todo movimiento es muy sutil, el de los dedos de la mano, de los brazos, hombros, caderas y pies. Los tambores tebal, patrimonio exclusivo de las mujeres, que los tocan sentadas en el suelo, marcarán los ritmos del baile, las canciones e incluso los poemas con los que se inicia y concluye la boda.
Transcurrido ese acontecimiento, la mañana se presenta con muy buenas expectativas. La naturaleza les regala un nuevo amanecer para completar su dicha. Bachir Mustafa se viste con su derrah azul, e inicia la marcha hacia su puesto de trabajo, al mando de los destinos de su pueblo, y va pensando según camina, Sáhara Libre, Polisario Vencerá.
Se despiden desde la puerta de la jaima, y Decala, una vez que su ídolo ha desaparecido en la lejanía, atrapado por el inmenso sol, que ya se deja ver en el horizonte, se prepara, hacendosa, a poner en orden su hogar. Limpia, ordena los pocos enseres que tienen y dispone los elementos para la cena, que será, de nuevo, el momento de encuentro con su príncipe deseado. Una vez terminadas sus tareas domésticas, Decala se pone en marcha para ofrecerse a colaborar incondicional y animosa a la Unión Nacional de Mujeres Saharahuis, con ellas, a pesar del placer de ese día, rememoran los Acuerdos de Madrid, donde empezó la traición.
En Madrid, a 14 de noviembre de 1975 y reunidas las delegaciones que legítimamente representan a los Gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, se manifiestan de acuerdo en orden a los siguientes principios:
1º) España ratifica su resolución —reiteradamente manifestada ante la ONU— de descolonizar el territorio del Sahara occidental poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como Potencia Administradora.
2º) De conformidad con la anterior determinación y de acuerdo con las negociaciones propugnadas por las Naciones Unidas con las partes afectadas, España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en el territorio en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes a que se refiere el párrafo anterior. En su consecuencia, se acuerda designar a dos Gobernadores Adjuntos, a propuesta de Marruecos y Mauritania, a fin de que auxilien en sus funciones al Gobernador General del territorio. La terminación de la presencia española en el territorio se llevará a efecto definitivamente, antes del 28 de febrero de 1976.
3º) Será respetada la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá.
4º) Los tres países informarán al Secretario General de las Naciones Unidas de lo establecido en el presente documento como resultado de las negociaciones celebradas de conformidad con el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
5º) Los tres países intervinientes declaran haber llegado a las anteriores conclusiones con el mejor espíritu de comprensión, hermandad y respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y como la mejor contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
6º) Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en el Boletín Oficial del Estado la «Ley de Descolonización del Sahara», que autoriza al Gobierno español para adquirir los compromisos que condicionalmente se contienen en este documento.
Juancho…Y todo esto sin el acuerdo y presencia del pueblo saharaui. Se hace tarde ¿nos vemos mañana en el parque Bellavista y te sigo contando?
Luis Vega Domingo
Ingeniero Aeronáutico
Presidente de AMAL