Los curas de Navalcan y Parrillas

Se han juntado ésta noche los curas de Navalcan y Parrillas, se han tragado una de las más ricas morcillas.

Se las ha llevao la Reme, la mujer del Toño, las morcillas y el coño,  el coño y lo que sea menester, pues a cura cachondo de la mujer sumisa y caliente le valen hasta los dientes. Entre los tres buena se la han montao, que el cielo bendice éstas uniones de los que rezan y les sirven. Sólo son pecao las de los pobres superticiosos o ateos, miserables y pesarosos.


 Al Toño le comen las morcillas, le aumentan con bultos la cabeza y le joden la parienta, y le cargan con algún que otro churumbel que de algún cura ha preñao.

Mientras la Reme y los curas llenan la panza y se montan su buena juerguecilla, el Toño en la taberna se juega su partidilla, con una frasca de de vinazo áspero y peleón de las tierras de Castilla, jugándose sus perrillas que le consigue su Reme, unas veces del cepillo y otras de cepillarse con el cura de Navalcán o de Parrillas.

Mientras tanto el Toño, él la tasca, altanero y perdiendo, presumía de su buena, guapa y piadosa esposa, ante toda su cuadrilla que le reía las chanzas y bebían por el morro lo que les pagaba el Toño y por detrás le reían de los cuernos que la Reme le ponía.

Y bueno es pensar que alejarse de curas, obispos y credos, no es malo para la salud, sino bueno. Listos, curas comilones, tontos y pobres Toños, que cargan con los cuernos y se quedan sin sus coños.


MORALEJA: guárdate de beatas plañideras y de curas amigos, con sotana y sin sotana que te pueden salir rana. Y cuando las barbas de tu vecino veas rapar, pon las tuyas a remojar.

Felix Serrano

Artista, Pintor

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