Gianni Rodari

El escritor comunista que para comer tuvo que afiliarse al fascio

Gianni Rodari

Nació en Italia en 1920, hijo de padres panaderos y huérfano de padre desde los nueve años, fue criado  por una tía y después educado en internados y seminarios. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, finalizó sus estudios de Magisterio y comenzó a trabajar como periodista.

En 1934 se matricula en el Instituto Magistral para estudiar humanidades.

Empieza también a recibir clases de violín  y con dos amigos más forman un trío, dedicándose a tocar por las tabernas. Durante este tiempo, su gran afición a la literatura le lleva también a leer abundantes libros de prestigiosos autores, entre ellos Schopenhauer, Nietzsche, Engels, Marx, Stalin o Trostki. En 1939 se matricula en la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, en la Facultad de Lenguas, pero no tarda en abandonar dichos estudios.

Con el  pseudónimo Francesco Aricocci publicó una recopilación de leyendas populares, Leyendas de nuestra tierra, y dos cuentos de corte fantástico, El Beso y La señorita Bibiana.

Cuando trabajaba para el diario L’Unitá descubrió su vocación como escritor para los más pequeños. De aquella época, finales de los 40, nacieron las primeras narraciones cortas, humorísticas, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana y sus primeros libros para niños, El libro de las retahílas y Las aventuras de Cipollino.

Con un sueldo escaso que le daba para malvivir, Gianni no tarda en solicitar trabajo en la ciudad de Como, Casa del Fascio,  en la sede del Partido Fascista del municipio. Le conceden el trabajo, pero le obligan, como requisito imprescindible, a afiliarse al Partido Nacional Fascista.

A finales del año 1943 no tiene más remedio que ingresar en filas en la República Social Italiana, un Estado prácticamente en manos de los nazis.

La muerte de dos de sus mejores amigos durante la II Guerra Mundial y la detención por parte de los nazis de uno de sus hermanos, que fue llevado a un campo de concentración, hacen mella en Gianni, el cual decide entonces contactar con la resistencia, afiliándose, en 1944, al Partido Comunista Italiano.

Terminada la guerra, Rodari empieza a trabajar para una revista de historietas, y poco después es nombrado director del periódico “El Orden Nuevo”, publicado por la Federación Comunista de Varese, capital de Lombardía. En esta época escribe algunas leyendas populares, que son publicadas junto a algunos cuentos.

En la década de los 50 pasó de un periódico a otro, y siguió escribiendo textos que gustaban  a grandes y  pequeños, e iniciados los años 60 comenzó a recorrer las escuelas italianas, donde, a través del contacto directo y la interacción con los niños mientras leía sus cuentos, observó las reacciones de su audiencia y tomó notas para tratar de averiguar la técnica correcta a la hora de crear buenas historias. 

En el año 1957 ingresa en el Colegio de Periodistas y al año siguiente es contratado por la RAI y por la BBC, como autor de “Giocagiò”, un programa infantil, y es también nombrado enviado especial del periódico “Paese Sera”, donde escribe bajo el seudónimo de “Benelux”.

Gianni decide dejar algo de lado la escritura, para dedicarse a trabajos de pedagogía, lo cual hace entre los años 1966 y 1969, asumiendo seguidamente la dirección hasta 1977  de “El periódico de los padres”. Sin embargo, sigue publicando algunas obras como “El pastel en el cielo”, “Veinte historias y una más”, “Las canciones del caballo que habla” o “Las historias del señor gato”, entre otras.

En 1973 publica la que sería su gran obra maestra, “Gramática de la fantasía”, cuyo subtítulo es “Introducción al arte de inventar historias”. La obra es un prestigioso ensayo pedagógico dirigido a maestros, padres y educadores, fruto de sus muchos años de trabajo e investigación en el campo de la fantasía. Se trata de un útil instrumento, con 45 capítulos en los que el autor expone diversas técnicas para despertar y estimular la fantasía.

Realiza varios viajes a países como Bulgaria y China, y sobre todo a la Unión Soviética, que visita muy a menudo. Los esfuerzos y la dedicación a la literatura infantil de Gianni Rodari, tuvieron recompensa en 1970, cuando logró el Premio Hans Christian Andersen, el mayor galardón internacional para un escritor del género.

Sus libros, cargados de humor, imaginación y una fantasía desbordante, no escaparon a una crítica del mundo actual con un lenguaje muy pintoresco, espontáneo y en ocasiones comprometido.

Gianni Rodari recibió, a lo largo de su trayectoria profesional, un gran número de reconocimientos y galardones, entre otros el Premio Prato, el Premio Catello, el Premio Rubino o el Premio Hans Christian Andersen.

En 1979 empieza a sufrir problemas de salud. Con una obstrucción en la vena de su pierna izquierda, el 10 de abril de este mismo año ingresa en un hospital para someterse a una operación quirúrgica, y el día 14 fallece debido a un paro cardíaco, con 59 años de edad.

Ángel Villazón Trabanco

Dr. Ingeniero Industrial, escritor y periodista cultural

 

 

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