
En el bonito pueblo abulense de Santa Cruz del Valle, uno de los pueblos que conforman el Barranco de las Cinco Villas y balcón de la Sierra de Gredos, con una Calzada Romana que actualmente llega hasta el Puerto del Pico, vive un poeta y rapsoda, en un espacio entre la Sierra de Gredos y la provincia de Toledo, un paraje que tiene la forma de vivir de sus habitantes centrado en la agricultura y en la ganadería ..
siendo famosos sus productos frutales, sus castaños, nogales, melones, sandías, cerezas, olivares, etc., con los que se comerciaba hacia el norte por el Puerto del Pico.
Este pueblo de la serranía de Gredos tiene las calles decoradas por copias de más de ciento treinta cuadros de maestros universales de la pintura. Sus pequeñas y estrechas calles, sus empedradas callejuelas, cortadas al tráfico, se entrecruzan unas con otras, mostrándonos las obras de estos pintores, en un museo urbano cultural, incluyendo poemarios, que nos invita a pasear y ver el arte que ofrecen. Los pasadizos, arcos y recodos de este pueblo nos permiten evadirnos por unos minutos de la realidad observando los lienzos de los artistas más famosos del mundo y leyendo los versos de poetas lugareños y foráneos.
Hemos quedado para dar un paseo por el pueblo con “El Ventero” y charlar de poesía con él. Era una fría mañana otoñal, y una vez que lo saludamos, empezamos a hablar de estas montañas de Gredos, de su lluvioso tiempo, y del agua que cae después del seco verano. Después de la conversación nos hace de rapsoda de sus propios versos y nos recita:
QUISIERA… AMADA.
Comentaste que te angustia
que la vida sea tan breve,
que te aterran los infiernos
y la cara de la muerte.
A mí también me acojonan
ricos que no trabajaron,
los desahucios y desmanes,
papas que me excomulgaron.
Tanta miseria moral
que en paraísos fiscales
esconden sus tropelías
aforados leviatanes.
Es obsceno que suframos
la contaminación que engendran
olvidando la empatía,
el reparto de riquezas.
Es sucio enfrentar en guerras
a inocentes deslavados
con banderas de colores
cual toros ante el engaño.
Quisiera romper fronteras,
compadecer derrotados,
estar a gusto contigo,
hacer el amor amando.
Seguimos el paseo y nos decía El Ventero, que los poetas son como una mujer grávida que necesita deshacerse de lo que lleva dentro, es una necesidad que tenemos que sacar a la luz lo que se ha fraguado en nuestra mente, es como una liberación que se produce. La poesía es una forma de expresión muy bella, quizás la más bella, y nos confesaba que sus versos enamoraban más que su propia persona.
Santa Cruz del Valle
Nos detuvimos a ver la sierra y el magnífico castillo de Mombeltrán, y expresaba que la poesía es un sentimiento al que se le da forma, que profundiza más en el sentimiento y en el alma, y que se pueden aprender diferentes formas de versar, como sonetos, quintillas etc., pero siempre estas transmitiendo belleza, y nos deleita con otro poema:
QUIERO HABLARTE
Quiero hablarte lento
con palabras cercanas
que te lleguen al alma
y te hagan sonreír.
Quiero que a mis palabras
las beba tu mirada
y en dulce llamarada
retornen hasta mí.
Así sabrás quererme
llevando hacia las cumbres
la pasión que deslumbre
colorido jardín
Nos huyó la distancia,
nosotros hechos uno,
de la fusión el humo
con chispas tu sentir.
Tú y yo nos amaremos
por tanto, tanto tiempo
en que solano viento
nos envuelva hasta el fin.
Subiendo por las empedradas e intrincadas callejuelas del pueblo, nos detuvimos a contemplar otra gran obra, pero esta pictórica, era “El Grito de Munch”, pintado por Félix Serrano, un pintor talaverano expresionista, casi lugareño, por el gran cariño que le tiene al pueblo de Santa Cruz.
Después de unos minutos en silencio nos comenta que estamos viviendo un momento en el que las formas importan poco, que la sociedad es más libre en cierto sentido. La poesía clásica doma las palabras, mientras que la actual es más libertaria, sin significar por ello que sea más bella, sino que desprecia la rima y la métrica.
Llegamos a la Plaza del Pueblo y haciendo de rapsoda nos expresa sus sentimientos con otra rima:
BRUJA
En el pueblo donde vivo
conocí a mujer extraña,
era bella cual araña
por la que perdí el sentido.
Me dijo, ven a mi casa,
la seguí cual un cordero,
no sabía si al matadero,
era imán llena de gracia.
Bajamos a cueva oscura,
solo una vela alumbraba,
la abracé, la dije amada,
dijo espera a la conjura.
Encendió negros carbones,
me dio a catar bebedizo
mientras clamaba un hechizo
y al oráculo oraciones.
De las brasas el sahumerio
vino a llenar mis pulmones,
me perdí entre sus canciones
y masajes que no cuento.
El ungüento belladona,
los aromas, yo sospecho
de mandrágora e incienso,
de cáñamo y hierba mora.
En la cueva muchas horas
pasé, perdí la conciencia,
de las hierbas las esencias
mas la voz de la cantora
me llevaron a otros mundos
donde goces celestiales
me llegaban a raudales,
después salí dando tumbos.
A mujer volví a buscar
por repetir la experiencia,
no la hallé, ¿ fue mi inconsciencia,
o fue un sueño o fue verdad?
Después de escuchar estos versos y al atravesar un arco debajo de una casa, nos decía que todo evoluciona en la vida, que todo está sometido al cambio porque la vida es evolución, sino no tendría sentido. Todavía caminando por la Plaza del Pueblo pudimos ver un cuadro de Félix Serrano, que reflejaba una sanitaria que expresaba su frustración, su dolor y su impotencia porque no podía hacer nada mas por este virus asesino, que tantas y tantas vidas se cobró en todo el mundo. ¡¡Quien será el asesino. ¡¡¡
En la otra esquina de la pared un poema del El Ventero, cuyos versos pudimos leer:
Reconocimiento a los Sanitarios
“Congoja “
Gris angustia negra
Me traspasa el alma
Negros virus, Covid negro
La impotencia desatada
Lagrimas negras me huyen
acompañando a las almas
que fueron hasta las cumbres
¡Negra tristeza me embarga¡
“El ventero”
Después de unos minutos de tristeza viendo el cuadro y el poema, seguimos caminando por un pasadizo, y nos detuvimos al ver un cuadro en el que una mujer había sido golpeada brutalmente por un maltratador, para expresar: ” un descerebrado”, y efectivamente ese era el título que le puso Félix Serrano, autor del lienzo.
Siguió con su charla comentando que el lenguaje poético cambia a lo largo de los años, pero que él siempre se había guiado por las formas de sus lecturas poéticas respetando la rima, la métrica y el ritmo.
Sientes que un poema está terminado cuando «el niño ha salido de mí», valga la comparación, nos decía. En otro momento del paseo, afirmaba que el fin que le gustaría lograr con su poesía, es la felicidad de la gente, que él ya lo había conseguido. «La felicidad por escribir poesía. Ser feliz con ella.»
Seguimos y nos encontramos en un recoveco otra obra de Serrano, pintor de lo cotidiano, de la niebla, de la lluvia, los amaneceres, y los atardeceres, llamado “Niña en la ventana”, y después de observarlo durante unos minutos en silencio dijo que nunca le hicieron la pregunta de “que te aporta la poesía”, porque «le hubiera gustado que se la hubieran hecho, pero no se la hicieron».
Continuando con la caminata por el pueblo decía que no es necesario vivir mucho ni leer mucho, para escribir poesía, pues la verdadera poesía nace como un sentimiento. El ser humano siempre ha necesitado sacar a la luz los sentimientos, amor, odio, etc., pero en este momento la ganancia está en el marketing. El marketing de la tecnología, de las redes sociales, de la inmediatez, y de la renuncia a la reflexión en soledad, está haciendo que el ser humano evolucione muy rápidamente.
Después de estas reflexiones, y ya retornando al inicio del paseo, nos contó sus últimos versos:
SONETO
¿ Verá la luz a la postre mi soneto,
sin permiso del gran Lope o de Cervantes?
Pobres remedos nacerán, tristes infantes,
engendros de la pluma de un cateto.
Puede que cualquiera ponga veto
a estos versos por saberlos no garantes,
que ni pidió ni me exigió Violante,
solo intento que no duerman entre abetos.
Quevedo me diría, analfabeto,
Mételos por donde amargan los pepinos.
y yo que replicando soy muy fino,
por favor, le diría, tente quieto,
después brindaríamos con un vino,
sin que ello represente un desatino.
Con este soneto queda atrás Santa Cruz del Valle, su poeta. Así nos despedimos del Barranco de la Cinco Villas y su rapsoda, Emilio Pérez “el Ventero”.
Tiene muchos libros de libros de Poesía editados y obsequia con un Poema a todos aquellas personas de las que se siente amigo, que son muchas.
Este artículo fue redactado por Ángel Villazón Trabanco, Ingeniero, escritor y periodista cultural, cuya página web es:
Ángel Villazón Trabanco
Ingeniero Industrial
Dr. Dirección y Administración de Empresas