En la época en la que vivió Sigmund Freud, autor de la teoría psicosexual, era habitual una fuerte represión del deseo sexual, sobre todo femenino. Esto hizo ver al psicoanalista que existía una fuerte relación entre la neurosis y la represión sexual, por lo que era posible entender la naturaleza y la variedad de la enfermedad, al conocer la historia sexual de un paciente. La represión, fue el primer mecanismo que Freud descubrió y que hace referencia a que la mente borra eventos y pensamientos que son dolorosos si se mantienen en el nivel consciente.
El autor de la “Teoría de la interpretación de los sueños” menciona que todos los sueños representan la realización de un deseo por parte del soñador, incluso las pesadillas. Según su teoría, la “censura” de los sueños produce una distorsión de su contenido. Así que lo que puede parecer un conjunto de imágenes soñadas sin sentido, a través del análisis y de su método “descifrador”, realmente puede ser un conjunto de ideas coherentes.
El psicoanálisis trata las enfermedades mentales y el estudio del comportamiento de los seres humanos basándose en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se originan en la niñez. Desarrolló un mapa de la mente en el que describió las características de la estructura y el funcionamiento de esta. En la mente inconsciente descansan muchos de nuestros impulsos y deseos primitivos que están mediados por la pre-conciencia. Descubrió que algunos de estos eventos y deseos causaban tanto miedo y dolor a sus pacientes, que permanecían guardados en el oscuro subconsciente, afectando a la conducta de manera negativa, proceso que llamó “represión”.
Posteriormente Freud desarrolló un modelo de la mente que estaba compuesto por el ELLO, el YO y el SUPER-YO, y lo llamó el “aparato psíquico”, que no son áreas físicas, sino conceptualizaciones hipotéticas de funciones mentales importantes.
Se exponen los principales elementos de dicha teoría, por el alcance que tienen.
- El ELLO opera en el nivel inconsciente. Responde al principio del placer y está compuesto por dos tipos de instintos biológicos o impulsos a los que llamó Eros y Thanatos. El Eros, o instinto de vida, ayuda a los individuos a sobrevivir. El Thanatos o instinto de muerte, constituye una serie de fuerzas destructivas que están presentes en todos los seres vivos.
- El YO, se desarrolla durante la infancia y su objetivo es satisfacer las demandas del ELLO dentro de la aceptación social. En contraste con el ELLO, el YO sigue el principio de realidad y opera en el consciente y el subconsciente.
- El SUPER-YO, es el responsable de asegurar que se siguen unos estándares morales, por lo que actúa con el principio de moralidad y nos motiva a actuar con un comportamiento socialmente aceptable y responsable.
En su análisis de los sueños distinguió entre el contenido manifiesto o lo que se recuerda del sueño, y el contenido latente o el significado simbólico del sueño. Lo que intenta decir, y lo segundo, el contenido que se manifiesta a través del lenguaje de los sueños.
Dejando a Sigmund Freud, por un instante, y desde un punto de vista teórico, moral y ética significan cosas diferentes. La moral se encarga de determinar que conductas son adecuadas y cuáles no lo son en un contexto determinado. Mientras que la ética se refiere a los principios generales que son beneficiosos para todos los hombres. La moral trata de aplicar las normas determinadas por la ética, a un gran número de situaciones concretas según el caso. No son iguales. Son conceptos diferentes.
Las religiones han tenido un gran peso en el establecimiento de códigos morales, de conductas sociales, a lo largo de la historia. En el mundo occidental, el judaísmo y el cristianismo han determinado una buena parte de las normas sociales actuales, mientras que en Asia lo han hecho sobre todo el budismo y el confucionismo. Si vamos más atrás en la historia, nos encontramos con que el hombre lleva millones de años sobre la tierra, y las normas sociales que tenían han sido muy diferentes. Grupos de indios y tribus de indígenas tuvieron sus propias costumbres y religiones.
La sociedad cambia, las normas cambian, las religiones cambian. La moral cambia. No son absolutas.
Volviendo a Freud, este tuvo un interesante intercambio epistolar con médicos destacados, científicos, escritores y filósofos de varios de países que lo admiraron por sus investigaciones y se sintieron impelidos a comunicarse con él.
En estas cartas, muchas de las acusaciones que se hacían a Freud no son más que moralistas, es decir cambiantes, como lo son muchos aspectos de las religiones que son cambiante y ha habido muchas en la historia.
Una vez hecha y comprendida esta distinción pasamos a analizar el Estudio de “Freud y la Religión” siguiendo sus cartas.
No era fácil atacar los tabúes sexuales y religiosos de aquellos tiempos y menos desde una perspectiva atea como la del profesor Vienés. Freud escribe en una carta con respecto a la sexualidad, “No me preocupa la cuestión del simbolismo sexual que usted excluye. Pues el psicoanálisis crea muy pocos conceptos nuevos en ese terreno, tomando ideas muy bien terminadas por el transcurso de los años que se apoyan con toda clase de pruebas”. A lo largo de muchos años quedaron refutadas muchas críticas que se le hicieron y se le hacen por sus investigaciones sobre la sexualidad y sus efectos en la mente humana.
Freud expone, en otra carta, no sin mucha ironía sobre el instinto sexual “el éxito del psicoanálisis depende de la conjunción de dos resultados: La canalización de la satisfacción y el dominio de la sublimación del terco instinto, como es muy frecuente solo se logra lo primero, ello se debe al material: personas que vienen padeciendo gravemente durante largo tiempo que no esperan ningún alivio moral del médico, conformando un material mediocre. Personas con conflictos religiosos que están dispuestos a la forma más fácil de lucha, que es la sublimación. Los sacerdotes tienen la suerte de llevarlos hasta Dios.”
El psicoanálisis, continuaba, no es ni religioso ni lo contrario, sino que se constituye como un instrumento neutral del que puede servirse todo el mundo siempre que ese utilice para liberar al que sufre.
Respecto a la posibilidad de la sublimación hacia la religión dice: “Lo hermoso de la religión no pertenece al psicoanálisis. ¿Por qué no fue uno de tantos piadosos quien fundó el psicoanálisis? Por qué fue necesario esperar a un judío totalmente ateo?”
En otra comunicación, el profesor vienés expresa que “La ruptura violenta no en el pensamiento analítico, sino en el científico, cuando se trata de Dios y de Cristo, es una de las inconsecuencias de la vida. Cuando se dice “tus pecados te son perdonados, levántate y anda”, hay muchas otras contrarias por su tiempo, psicológicamente imposibles e inútiles para la vida. Si el enfermo hubiera dicho “¿Cómo sabes que mis pecados me han sido perdonados?”, la respuesta hubiera sido “yo, el hijo de Dios te los perdono”, imagínese que Sigmund Freud le dijera, “yo el profesor ordinario Sigmund Freud te los perdono”.
Freud no hizo el psicoanálisis para la cura de almas. Así como el protestantismo eliminó la diferencia entre legos y sacerdotes, también la cura de almas debe de ser secularizada y privada de toda influencia clerical.
El concepto científico del mundo y el religioso es incompatible. A la ciencia no le importa la conducta humana de Cristo, ni Confucio, ni Buda. A la ciencia no le importa la moral.
A Albert Einstein le decía “su lucha para que no conteste a su carta es vana pues lo contento que me ha dejado saber la modificación de sus juicios o al menos el pequeño avance logrado en tal dirección. Naturalmente siempre he sabido que me admiraba solo por cortesía y que hay muy pocas de mis afirmaciones que le convenzan”. “Sin embargo me he preguntado con frecuencia que es lo que hay de admirable en ellas si no son verdad, es decir si no tienen un alto grado de verdad. No cree usted que me habrían tratado mejor si mis doctrinas hubieran incorporado un porcentaje más alto de error y de locura.”
Freud, que defendió el librepensamiento dijo que la educación libertada de las doctrinas religiosas no cambiará notablemente la esencia psicológica del hombre. La labor científica puede llegar a penetrar en la realidad del mundo, permitiendo poder ampliar nuestro poder y dar un sentido de equilibrio a nuestra vida.
Para terminar, Freud decía que lo que quería era explorar, resolver incógnitas, descubrir una parte de la verdad. Ello pudo haber causado dolor a muchos y beneficiado a unos cuantos sin que ni una cosa ni otra parezca achacable a culpas o méritos de mi parte.