La editorial Apostolado de la Prensa publicó en el año 1899 un libro titulado, Sacrílegos y traidores: la masonería contra la Iglesia y España, con el fin de demostrar los supuestos males que habría causado tanto a la primera como a la segunda, precisamente cuando se había producido el desastre del 98, supuestamente también promovido por la masonería.
13 DE ENERO DE 2024, 8:54
En este artículo nos centramos en la supuesta influencia masónica en las reformas legales emprendidas nada más triunfar la Revolución de 1868, un hecho histórico que le habría dado a la masonería “una preponderancia decisiva”, según se explicaba en la página 50 del mencionado libro.
El ejemplo claro de ese poder sería como la masonería española se consideró “en el caso de imponer su programa al Gobierno Provisional” por medio de una supuesta exposición que le dirigió a mediados de octubre de 1868, es decir, nada más terminada la Revolución. En dicho programa se solicitaba lo siguiente:
- Libertad de cultos.
- Supresión de las Órdenes Religiosas y de las Asociaciones de Caridad dependientes de las mismas.
- Secularización de los cementerios.
- Incautación de todas las alhajas, ornamentos sagrados y piezas artísticas, quedando solamente en las iglesias los objetos necesarios para el culto, inventariados, mientras que los Cabildos Catedralicios y los párrocos quedarían como meros depositarios de los mismos.
- Matrimonio y registro civil.
- Sujeción al servicio militar para los seminaristas y ordenados “in sacris”.
- Reducción de las iglesias españolas a un determinado número, pasando las demás a ser edificios enajenables en clase de bienes nacionales.
- Abolición del celibato eclesiástico.
Según nuestra fuente todas las medidas iban encaminadas a destruir a la Iglesia, y se afirmaba que, como bien se sabía, casi todas estas proposiciones se convirtieron en leyes, como, por ejemplo, el Código Penal, “después de veintiséis años de haberse promulgado bajo la influencia omnímoda de la secta”. Pero en el capítulo se afirmaba que no había espacio para detallar todos los puntos en los que los Códigos y leyes vigentes acusaban ofensas e injusticias contra la Iglesia, pero se prometía que se haría en un futuro.
En todo caso, como vemos, la Iglesia consideraba que la legislación secularizadora iniciada con el cambio político del Sexenio había sido impulsada por la masonería.