El Rocío y la memoria histórica

Marc Cabanilles

AVALL – Associació Valenciana d’Ateisme i Lliurepensament 

| 07·08·23 | 11:47 Hace unas semanas, hubo airadas protestas y denuncias efectuadas por un batiburrillo de colectivos (devotos, periodistas, políticos,… algunos de ellos marcadamente reaccionarios) por la parodia sobre la Virgen del Rocío programada en emisora catalana TV3.

Se podría entrar en un debate sobre las ofensas (sobre todo religiosas), sobre dónde están los límites del humor, el papel de la religión,…. pero me dio por indagar sobre los orígenes de la celebración “del Rocío”, la memoria histórica del Rocío.

Siempre se habla de lo importante que es conocer el pasado para entender el presente, pero pocas veces se aplica este razonamiento, ensalzando y propagando a los cuatro vientos, sin ningún pudor ni comprobación, aquello que primero nos llega, sea vía medios de comunicación (lo ha dicho tal televisión), o sea vía redes sociales (lo he leído en Twiter, Telegram,…).

Los orígenes y evolución del Rocío suponen una historia totalmente desconocida para la mayoría de la población. Se conocen profusamente ciertos estereotipos como el enorme fervor, la romería, el salto de la valla,… pero nunca nos contaron como se ha gestado todo un entramado comercial, superficial, corrupto, a la par que casposo, alrededor de una estatua de yeso.

En 1980, el director sevillano Fernando Ruiz Vergara, realizó el documental “ROCÍO”, que puede considerarse el primer trabajo sobre memoria histórica. Pensaba el director que, estando en democracia, ya podía dar a conocer una visión histórica y antropológica de la romería andaluza del Rocío, y dejar al descubierto las numerosas facetas ocultas (falsedades, negocios, milagros, urbanismo, corrupción, represión,…) que subyacen alrededor de la estatua.

No fue así. Los mecanismos de persecución y hostigamiento de ciertos sectores reaccionarios de la sociedad andaluza y del poder judicial, que son básicamente los antepasados de los actuales ofendidos por la parodia de TV3, culminaron con una denuncia ante los tribunales, interpuesta la misma mañana del 23 de febrero de 1981 (seguramente esperaban que triunfara el golpe del general Milans del Bosch).

Esa denuncia, además del exilio en Portugal del director y una multa millonaria, tuvo como consecuencia, el inmediato secuestro del documental por las autoridades “democráticas” de la época, a pesar que la ley de Censura Cinematográfica había sido derogada en 1977. Otra prueba más para demostrar una falsa Transición que se nos ha vendido como modélica, con una Constitución “inmejorable” que se supone protegía la libertad de expresión.

El documental explica con total claridad, apoyado en hechos, testimonios y nombres, cómo se montó una tradición que no existía y cómo pervive en base a un lucrativo negocio con la exclusiva de venta de imágenes, velas, fotos,…

Cómo se inventaron unos milagros chabacanos que, puestos a ofender, ofenden mucho más que la parodia de TV3.

Cómo se aprovechó la fiesta para acometer unos ambiciosos planes urbanísticos alrededor del santuario.

Cómo el impulsor de la construcción de la basílica, el reaccionario obispo Pedro Cantero (franquista, consejero del Reino y procurador en Cortes nombrado por Franco), recibió comisiones con las obras.

Se muestra, cual fue la estrecha relación de la Iglesia y de la hermandad rociera con los trágicos sucesos acaecidos en Almonte a partir del 18 de julio de 1936.

Quiénes fueron los “hermanos” de la Hermandad del Rocío que denunciaron a decenas de vecinos de la localidad para que fueran fusilados por el simple hecho de ser de izquierdas o no ser devotos del muñeco, y que todavía, muchos de ellos, permanecen tirados en las cunetas.

Cómo se engatusó (como siempre) a la población más pobre e ignorante para mantener un acto en el que únicamente los señoritos podían participar, puesto que aparte de disponer de unos caballos y unas carretas que pocos tenían, debían de permitirse el lujo de estar una semana sin trabajar.

Después de visionar el documental, es imposible entender cómo se puede estar de los nervios por una parodia que dura diez minutos, en una televisión ajena y alejada de Andalucía.

Imposible discernir si lo que hay es una doble vara de medir o simplemente se ha llegado a un estado irreversible de enajenación mental.

Difícil no pensar que el PP (y en distintas épocas y con distintos acontecimientos también el PSOE), utilice la parodia de TV3 para desviar la atención y ocultar graves problemas en Andalucía, como la sanidad, la asfixia de Doñana, las privatizaciones, la educación confesional, la situación del campo, el desempleo.

Tengo la esperanza (no la seguridad) que esa protesta magnificada por intereses políticos y territoriales, no vaya con todo el pueblo andaluz. Como suele ocurrir, espero que sólo sean unos pocos, muy ruidosos y con acceso a ciertos medios de comunicación (Televisión Canal Sur, la COPE, Antena3) quienes se sientan “profundamente” ofendidos, mientras una gran mayoría rehúya de esas exageraciones y físicamente huya, de esas multitudinarias muestras de irracionalidad.

Si no comprenden cierto humor, si creen que libertad de expresión es coincidir con sus opiniones, si no les gusta una simple parodia, se explica muy bien y se entiende perfectamente, que todavía les guste menos que salgan a la luz unos acontecimientos tan execrables, tan dolorosos, tan reveladores de la facilidad con que se pueden manipular las conciencias y de lo bajo que puede caer el ser humano. 



 

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