Los papas han obtenido una reputación en relación a su comportamiento al frente de la institución eclesiástica, y algunos como Octaviano de Túsculo, una calificación de fornicador. Juan XII fue el Papa número 130 de la Iglesia y estuvo en su cargo desde 955 a 964.
Su llegada al pontificado, con 17 años, fue polémica, pues era hijo ilegítimo de Alberico II, y fue impuesto por su padre elegido papa tras la muerte de Agapito I, y ninguna vocación, formación ni experiencia religiosa. Sus aficiones estaban relacionadas con los placeres del cuerpo, y nada más tomar posesión de su cargo eclesiástico enajenó gran parte del tesoro pontificio para atender sus deudas de juego y continuar su escandalosa vida. En su residencia pontificia de Letrán era habitual ver a prostitutas, eunucos y esclavos con los que organizaba orgías y fiestas y no se preocupaba de ocultarlo, por lo que se le acusó de sacrilegio y de crímenes.
Su pontificado, considerado como uno de los peores de la iglesia. Tuvo que huir de Roma y depuesto de su cargo acusado de vicios y pecados, entre ellos el incesto, el homicidio y el sacrilegio. Tras su huida logró reunir un ejército con el que recuperó su mandato papal, aunque solo unos meses después fue hallado muerto.
Durante su pontificado, consiguió la ayuda de rey de Alemania, Otón I, contra Berenguer II, rey de Italia, que había ocupado los territorios papales, y dominó Roma ayudado por una pandilla de asesinos a sueldo y convirtió el palacio pontificio, «en un burdel repleto de sus muchas amantes». Se dijo que violaba a las peregrinas en el propio templo de San Pedro.
En el 962 coronó a Otón I emperador del Sacro Imperio romano, aunque algún tiempo después conspiró contra él por asumir prerrogativas papales. Un año después, Otón convocó un sínodo que depuso a Juan XII y eligió a León VIII, pero cuando Otón salió para Alemania, Juan XII, que había huido, volvió a vengarse de los partidarios del nuevo papa por lo que León VIII dejó Roma y antes de que el emperador volviera para restituirle, Juan XII murió y fue sucedido por Benedicto V.
El 14 de mayo de 964, fue sorprendido in fraganti por el marido de la dama con quien yacía en el lecho, y el esposo, sin atender a tiaras ni purpúreas santidades, la emprendió a golpes con el pontífice, propinándole tal paliza que murió tres días después por los daños recibidos.
El monje Benito de Soratte, recluido en el Monasterio benedictino del mismo nombre, cerca ciudad de Roma, hizo constar en su día, que Juan XII disfrutaba con su «colección de mujeres» en su residencia pontificia de Letrán.
El historiador lombardo y Obispo de Cremona, Liutprando de Cremona, daba cuenta en su obra «Antapodosis» de la cadena de adulterios de este pontífice con la concubina de su padre y hasta con su propia sobrina. «Hizo del palacio sagrado una casa de meretrices», sentenció sin pelos en la lengua.
Es evidente, a juzgar por los hechos, que los romanos cumplieron a rajatabla su palabra dada y que solo así este adolescente de diecisiete años pudo ascender de modo tan fulgurante, como imprevisto, al solio de Pedro.
En honor a la verdad, tampoco debemos pasar por alto el gran acierto de Juan XII al llevar a cabo la histórica coronación imperial de Otón I junto con su esposa Adelaida, en el año 962, que tanta trascendencia tuvo en el futuro de la cristiandad europea. Durante cuarenta años consecutivos, hasta la muerte de Otón III, en el año 1003, hicieron lo indecible para proteger el pontificado frente al clan familiar de los Crescencios, líderes de la nobleza romana de la época.
El emperador Otón I se vió visto obligado a creer finalmente en la traición del Papa, al obtener las pruebas de que había mantenido contactos a sus espaldas con griegos y hasta con sarracenos, para derribarle del trono. Juan XII, huyó de Roma llevándose consigo los tesoros de la Iglesia y con idéntica cobardía regresó a la capital romana cuando el emperador ya no estaba para vengarse del Papa León VIII, quien logró escapar en el último momento, a diferencia de algunos súbditos suyos que sufrieron crueles torturas.
Gracias a Juan XII pudo ser restaurado finalmente el imperio de Carlomagno, conocido cuatro siglos después con el nombre de Sacro Imperio Romano Germánico.
Ordenaba a los sacerdotes en una cuadra e invocaba a Venus y a Baco, como le correspondía por ser franco pagano, lo que le reprochaba gravemente el emperador Otón en una de sus cartas». Juan XII se ganó con su pontificado pasar a la Historia como uno de los peores Papas, si no el peor, de tan legendaria institución.
Su fallecimiento fue polémico, siendo la versión más extendida la de que en mayo de 964 fue asesinado martillazos en la cabeza por un marido que había descubierto al Papa con su mujer. Hay otra versión que tampoco son mucho más benévola, ya que asegura que murió de apoplejía en pleno acto sexual.
Ángel Villazón Trabanco
Dr. Ingeniero Industrial