10/07/2023
María Florencia Melo.
Alrededor de 50 millones de personas vivían en situación de esclavitud moderna en el mundo en 2021, lo que supone un aumento de 10 millones con respecto a 2016.
Según las últimas estimaciones de la organización sin fines de lucro Walk Free, alrededor de 50 millones de personas vivían en situación de esclavitud moderna en el mundo en 2021, lo que supone un aumento de 10 millones con respecto a 2016. La esclavitud moderna puede tomar la forma de trabajo forzado, matrimonio forzado o servil, servidumbre por deudas, explotación sexual comercial forzada, trata de personas o venta y explotación de niños.
Como señala la organización, si bien la esclavitud moderna está presente en todos los países del mundo, «la forma en que se manifiesta depende de una combinación de factores, como el tamaño y la distribución de los grupos vulnerables dentro de una población y la manera en que los gobiernos reaccionan ante las formas de explotación». Por ejemplo, en países con grandes poblaciones de migrantes y sin suficientes protecciones laborales para ellos, «el trabajo forzoso puede ser particularmente generalizado y en algunos casos es perpetrado por el Estado, dejando a las víctimas sin recursos. Los más vulnerables —mujeres, niños e inmigrantes— se ven afectados de forma desproporcionada», explica Walk Free en su investigación.
Walk Free analizó la situación de 160 países de acuerdo con tres preguntas clave: cuántas personas viven en la esclavitud moderna, qué hace que las personas sean vulnerables y qué están haciendo los gobiernos para abordarlo. Como muestra el siguiente gráfico, los países con mayor prevalencia de esclavitud moderna son Corea del Norte y Eritrea, donde 105 y 90 personas por cada 1.000, respectivamente, se consideran víctimas de esta grave violación de los derechos humanos. Les siguen Mauritania (32 por cada 1.000), Arabia Saudí (21 por cada 1.000) y Turquía (casi 16 por 1.000). En el otro extremo de la escala, los países donde estas prácticas están menos extendidas son Suiza, Noruega y Alemania, con menos de 1 de cada 1.000 personas afectadas.