La musica antigua – La música en Mesopotamia

La zona entre los ríos Tigris y Éufrates, “Mesopotamia, ha sido desde el Neolítico, un territorio de gran riqueza y diversidad cultural. Cada una de las civilizaciones que estuvieron allí dejaron su cultura y sus influencias musicales.

En el 4000 a. C. se establecieron los sumerios, luego los acadios o babilonios, los asirios y también  los hititascasitaselamitas y persas hasta que finalmente se produjo la entrada de Alejandro Magno en Babilonia en el 300 a. C.

Mesopotamia ha sido centro de influencia para multitud de pueblos y civilizaciones como hititasfrigiosfeniciosisraelitasegipciosgriegospersastribus indoeuropeasárabes y los pueblos de la India antigua,

sobre todo sus instrumentos  se hallan en esos países.

En el cuarto milenio a.C., los sumerios desarrollaron las primeras ciudades auténticas, la primera civilización y una de las primeras formas conocidas de escritura, utilizando impresiones sobre tablillas planas de arcilla. Este sistema cuneiforme fue adoptado por las civilizaciones posteriores, incluidos los acadios y los babilonios. Muchas tablillas han sido descifradas y algunas mencionan música. Los restos arqueológicos y las imágenes son cruciales para comprender la música de esta época. Las pinturas muestran cómo se sostenían y tocaban los instrumentos y en qué circunstancias se utilizaba la música, mientras que los instrumentos que han sobrevivido revelan detalles de su construcción.

Los arqueólogos encontraron varias liras y arpas, instrumentos de cuerda punteada, así como pinturas que muestran cómo se tocaban, aproximadamente del 2500 a.C. La ilustración, parte de un panel con incrustaciones, muestra a un músico tocando una lira toro durante un banquete de la victoria. Otros instrumentos de esta época fueron laúdes, caramillos, tambores, címbalos, badajos, cascabeles y campanas.

La combinación de documentos escritos e imágenes que muestran la ejecución musical aporta una comprensión más completa del uso que las culturas mesopotámicas daban a la música y nos enseña que sus repertorios incluían canciones de boda, lamentos funerarios, música militar, canciones de trabajo, canciones infantiles, música de danza, de taberna, de fiesta, música para dirigirse a los dioses o para acompañar ceremonias y procesiones, así como poemas épicos cantados con acompañamiento instrumental, aplicaciones todas que, con excepción de la última, continúan en uso hoy en día.

Las fuentes escritas proporcionan también un vocabulario musical e informaciones acerca de los músicos. Glosarios sumerios y acadios a partir del 2500 a.C. aproximadamente incluyen términos relativos a los instrumentos, los procedimientos de afinación, los intérpretes, las técnicas de interpretación y los géneros o tipos de composición musical. El compositor más antiguo conocido por nosotros por su nombre es Enheduanna (fl. ca. 2300 a.C.), una suma sacerdotisa acadia de Ur, que compuso himnos al dios de la luna Nanna y a la diosa de la luna Inanna; sus textos, aunque no su música, han sobrevivido en las tablillas cuneiformes.

Hacia el año 1800 a.C., los músicos babilonios empezaron a escribir lo que sabían en lugar de transmitirlo solo de forma oral. Sus escritos describen la afinación, los intervalos, la improvisación, las técnicas de interpretación y los géneros, incluyendo canciones amorosas, lamentos e himnos.  Entre los escritos aparecen instrucciones para afinar un instrumento de cuerda que parece indicar que los babilonios y, probablemente, sus predecesores en Mesopotamia, utilizaron escalas diatónicas de siete notas. Reconocían siete escalas de esta clase, que se corresponden más o menos con las siete escalas diatónicas que pueden tocarse en las teclas blancas del piano. Estas escalas tienen paralelos en el antiguo sistema musical griego, así como en el nuestro, y sugieren que la teoría y la práctica de los babilonios influyeron en las de Grecia directa o indirectamente, y que, a través de Grecia, llegaron a la música europea. Los babilonios usaron nombres propios para los intervalos, creando así la notación musical más arcaica que se conoce. A pesar de la invención de la notación, la mayor parte de la música bien se ejecutaba de memoria, o bien era improvisada.

Es probable que los músicos no tocasen o cantasen a partir de la notación, como hacen los intérpretes modernos, sino que la utilizaran como un documento escrito a partir del cual podían construir una melodía, del mismo modo que los cocineros hacen uso de una receta.

Entre los instrumentos musicales más antiguos que se conocen, las denominadas “Arpas de Ur”, también llamadas “Liras de Ur”, se consideran los instrumentos de cuerda más antiguos descubiertos hasta ahora en todo el mundo. Datan aproximadamente del año 2.400 a. C. y fueron creadas por la civilización sumeria, una de las primeras y más importantes civilizaciones de la historia de la humanidad.

Estudios arqueológicos constatan que en las pinturas de la época aparecen ya escenas de músicos. Los habitantes inventaron también la escritura y es gracias a ellos que ha llegado hasta nuestras manos un valioso documento que supondría un acompañamiento musical con el instrumento más apreciado de la época, el arpa.

Con la cultura mesopotámica arranca la historia de la música, situada entre los desiertos de Arabia y las montañas de Persia,  vio como la música evolucionaba a un ritmo tan rapido como el de las distintas civilizaciones que pasaron por ella. Por encontrarse en una zona de paso, por su ubicación entre el área mediterránea y el área indostánica, recibió la visita de numerosos pueblos que desarrollaron un estilo musical  presente en el culto religioso, en la celebración de festividades, y en música utilizada en momentos de guerra.

Así, los sumerios, el primer pueblo que se instala a lo largo de los ríos Éufrates y Tigris, cantaban himnos de carácter ritual en las ceremonias religiosas. Uno tiene que hacerse a la idea de la importancia de los templos y la religión para los antiguos habitantes del actual Iraq. Se cantaba al soberano que estaba al frente del estado que hacía a su vez las funciones de rey y de sacerdote. Eran cantos que se transformaban en lamentaciones dirigidas al dios.


Pero la antigüedad fue ocupada por diversas civilizaciones y después de los sumerios llegaron los babilonios. Babilonia era la ciudad más espectacular de oriente, pero sus habitantes no superaron a los sumerios en arte musical, sino que se limitaron a adaptar sus textos cantados añadiendo intermedios instrumentales y alguna que otra voz femenina en el canto dedicado a los templos.

En las ceremonias religiosas del imperio babilónico donde se ofrece culto a la divinidad se podía escuchar el dulce sonido de la flauta. Los babilonios estaban seguros que sus adorados dioses escucharían más atentamente sus plegarias con este instrumento de viento que estaba construido de hueso, cuerno, bambú e incluso de metal. Por lo tanto, la música en la era babilónica sigue estando ligada a la religión, por eso cantaban himnos para alabar a sus dioses.

Después de tres dinastías, los asirios dejaron atrás no sólo a los babilonios sino también la música religiosa y nace una música profana ligada a los palacios. El pueblo asirio además trajo consigo la trompeta y otra clase de tambores, y se considera la antecesora de la popular.

Entre los Instrumentos de cuerda, está la lira o Kitara, que se considera el instrumento nacional sumerio, y se le representa a finales del cuarto milenio precristiano. Se hallaron liras, adornadas con oro, plata y placas de concha con profusión de ilustraciones, en las tumbas reales. Estas primitivas liras sumerias son tan grandes que se apoyaban en el suelo y su caja de resonancia se construía en forma de toro, símbolo de la fertilidad. Más tarde esa forma se estilizó, pero la cabeza de toro quedó como ornamento con columna. El ejecutante se sentaba ante el instrumento tocaba las cuerdas con ambas manos. El número de estas cuerdas oscilaba entre 4 y 7, y en los instrumentos hallados, también entre 8 y 11. Esta lira de pie se convirtió luego en lira de mano, cuya primera imagen reproducida procede de la época babilónica hace unos 1800 años AC.

El arpa, ya la encontramos en la época sumeria. La caja de resonancia y el cordal forman una unidad en forma de arco. Se la podía sostener de forma vertical u horizontal, y tenían de 4 a 7 cuerdas. Su caja de resonancia se hallaba en la parte superior, y el cordal se halla formando ángulo agudo con ella con un número de cuerdas es elevado.

El laúd, en sumerio, panturpequeño arco musical, con una existencia documentada en reproducciones babilónicas del segundo milenio precristiano, casi siempre en manos femeninas, pero lo está de igual modo entre los asirios. Llama la atención su largo cuello, laúd de cuello largo, con diapasón, sobre el cual corren de 2 a 3 cuerdas, y su pequeño cuerpo de resonancia, sobre el cual se halla tendido un parche, en forma de media calabaza.

Los Instrumentos de viento, como la Flauta, desde tiempos primitivos, se denomina gi-bu, “tubo largo”, no tiene embocadura, y se sostenía en posición casi vertical. Además existen flautas de orificios digitados. La Chirimía doble, formada por dos tubos construidos de plata, de igual longitud y sin boquilla y de 4 orificios digitados cada uno. Era un instrumento musical de viento-madera parecido al oboe y de doble lengüeta,  y las trompetas rectas al igual que las trompetas en espiral, sólo aparecen en el período asirio. Seguramente se las empleaba como instrumentos de señales en el ejército.

Entre los instrumentos de percusión estaban las sonajas, varillas entrechocadas, sistros en forma de U, campanas de bronce y platillos de mano.

Grandes timbales de caldero de metal, pequeños tambores cilíndricos, qué llevados verticalmente delante del vientre, y también horizontalmente en caso de tener dos parches, y un gran tambor de marco o bombo, de un diámetro aproximado de 1.80 metros, percutido por dos ejecutantes. Este último instrumento de origen asiático, coronado por una pequeña figura erguida.

Empleaban escalas pentatónicas y heptatónicas. Dicha teoría surge del análisis de la cronología de la época que permite dicha deducción debido al número de cuerdas en los instrumentos de cuerda y de orificios de los instrumentos en los instrumentos de viento.

La música era homofónica, pero parece que hubieran conocido también la polifónica. Así, las liras y las arpas casi siempre se punteaban con ambas manos y la chirimía sonaba a dos voces, posiblemente una emitía una nota pedal mientras que en la otra se ejecutaba la melodía.

En numerosas imágenes se representaron varios músicos componiendo pequeñas orquestas, por lo que la práctica orquestal, aunque no tal y como la conocemos hoy en día, era algo extendido. Estas combinaciones solían ser de dos arpas y cantante, o lira, arpa, tambor, platillos, o también chirimía doble, flauta doble, arpa, lira, etc., es decir, combinaciones de sonidos manifiestamente suaves.

 

 

La zona entre los ríos Tigris y Éufrates, “Mesopotamia, ha sido desde el Neolítico, un territorio de gran riqueza y diversidad cultural. Cada una de las civilizaciones que estuvieron allí dejaron su cultura y sus influencias musicales.

En el 4000 a. C. se establecieron los sumerios, luego los acadios o babilonios, los asirios y también  los hititascasitaselamitas y persas hasta que finalmente se produjo la entrada de Alejandro Magno en Babilonia en el 300 a. C.

Mesopotamia ha sido centro de influencia para multitud de pueblos y civilizaciones como hititasfrigiosfeniciosisraelitasegipciosgriegospersastribus indoeuropeasárabes y los pueblos de la India antigua,

sobre todo sus instrumentos  se hallan en esos países.

En el cuarto milenio a.C., los sumerios desarrollaron las primeras ciudades auténticas, la primera civilización y una de las primeras formas conocidas de escritura, utilizando impresiones sobre tablillas planas de arcilla. Este sistema cuneiforme fue adoptado por las civilizaciones posteriores, incluidos los acadios y los babilonios. Muchas tablillas han sido descifradas y algunas mencionan música. Los restos arqueológicos y las imágenes son cruciales para comprender la música de esta época. Las pinturas muestran cómo se sostenían y tocaban los instrumentos y en qué circunstancias se utilizaba la música, mientras que los instrumentos que han sobrevivido revelan detalles de su construcción.

Los arqueólogos encontraron varias liras y arpas, instrumentos de cuerda punteada, así como pinturas que muestran cómo se tocaban, aproximadamente del 2500 a.C. La ilustración, parte de un panel con incrustaciones, muestra a un músico tocando una lira toro durante un banquete de la victoria. Otros instrumentos de esta época fueron laúdes, caramillos, tambores, címbalos, badajos, cascabeles y campanas.

La combinación de documentos escritos e imágenes que muestran la ejecución musical aporta una comprensión más completa del uso que las culturas mesopotámicas daban a la música y nos enseña que sus repertorios incluían canciones de boda, lamentos funerarios, música militar, canciones de trabajo, canciones infantiles, música de danza, de taberna, de fiesta, música para dirigirse a los dioses o para acompañar ceremonias y procesiones, así como poemas épicos cantados con acompañamiento instrumental, aplicaciones todas que, con excepción de la última, continúan en uso hoy en día.

Las fuentes escritas proporcionan también un vocabulario musical e informaciones acerca de los músicos. Glosarios sumerios y acadios a partir del 2500 a.C. aproximadamente incluyen términos relativos a los instrumentos, los procedimientos de afinación, los intérpretes, las técnicas de interpretación y los géneros o tipos de composición musical. El compositor más antiguo conocido por nosotros por su nombre es Enheduanna (fl. ca. 2300 a.C.), una suma sacerdotisa acadia de Ur, que compuso himnos al dios de la luna Nanna y a la diosa de la luna Inanna; sus textos, aunque no su música, han sobrevivido en las tablillas cuneiformes.

Hacia el año 1800 a.C., los músicos babilonios empezaron a escribir lo que sabían en lugar de transmitirlo solo de forma oral. Sus escritos describen la afinación, los intervalos, la improvisación, las técnicas de interpretación y los géneros, incluyendo canciones amorosas, lamentos e himnos.  Entre los escritos aparecen instrucciones para afinar un instrumento de cuerda que parece indicar que los babilonios y, probablemente, sus predecesores en Mesopotamia, utilizaron escalas diatónicas de siete notas. Reconocían siete escalas de esta clase, que se corresponden más o menos con las siete escalas diatónicas que pueden tocarse en las teclas blancas del piano. Estas escalas tienen paralelos en el antiguo sistema musical griego, así como en el nuestro, y sugieren que la teoría y la práctica de los babilonios influyeron en las de Grecia directa o indirectamente, y que, a través de Grecia, llegaron a la música europea. Los babilonios usaron nombres propios para los intervalos, creando así la notación musical más arcaica que se conoce. A pesar de la invención de la notación, la mayor parte de la música bien se ejecutaba de memoria, o bien era improvisada.

Es probable que los músicos no tocasen o cantasen a partir de la notación, como hacen los intérpretes modernos, sino que la utilizaran como un documento escrito a partir del cual podían construir una melodía, del mismo modo que los cocineros hacen uso de una receta.

Entre los instrumentos musicales más antiguos que se conocen, las denominadas “Arpas de Ur”, también llamadas “Liras de Ur”, se consideran los instrumentos de cuerda más antiguos descubiertos hasta ahora en todo el mundo. Datan aproximadamente del año 2.400 a. C. y fueron creadas por la civilización sumeria, una de las primeras y más importantes civilizaciones de la historia de la humanidad.

Estudios arqueológicos constatan que en las pinturas de la época aparecen ya escenas de músicos. Los habitantes inventaron también la escritura y es gracias a ellos que ha llegado hasta nuestras manos un valioso documento que supondría un acompañamiento musical con el instrumento más apreciado de la época, el arpa.

Con la cultura mesopotámica arranca la historia de la música, situada entre los desiertos de Arabia y las montañas de Persia,  vio como la música evolucionaba a un ritmo tan rapido como el de las distintas civilizaciones que pasaron por ella. Por encontrarse en una zona de paso, por su ubicación entre el área mediterránea y el área indostánica, recibió la visita de numerosos pueblos que desarrollaron un estilo musical  presente en el culto religioso, en la celebración de festividades, y en música utilizada en momentos de guerra.

Así, los sumerios, el primer pueblo que se instala a lo largo de los ríos Éufrates y Tigris, cantaban himnos de carácter ritual en las ceremonias religiosas. Uno tiene que hacerse a la idea de la importancia de los templos y la religión para los antiguos habitantes del actual Iraq. Se cantaba al soberano que estaba al frente del estado que hacía a su vez las funciones de rey y de sacerdote. Eran cantos que se transformaban en lamentaciones dirigidas al dios.


Pero la antigüedad fue ocupada por diversas civilizaciones y después de los sumerios llegaron los babilonios. Babilonia era la ciudad más espectacular de oriente, pero sus habitantes no superaron a los sumerios en arte musical, sino que se limitaron a adaptar sus textos cantados añadiendo intermedios instrumentales y alguna que otra voz femenina en el canto dedicado a los templos.

En las ceremonias religiosas del imperio babilónico donde se ofrece culto a la divinidad se podía escuchar el dulce sonido de la flauta. Los babilonios estaban seguros que sus adorados dioses escucharían más atentamente sus plegarias con este instrumento de viento que estaba construido de hueso, cuerno, bambú e incluso de metal. Por lo tanto, la música en la era babilónica sigue estando ligada a la religión, por eso cantaban himnos para alabar a sus dioses.

Después de tres dinastías, los asirios dejaron atrás no sólo a los babilonios sino también la música religiosa y nace una música profana ligada a los palacios. El pueblo asirio además trajo consigo la trompeta y otra clase de tambores, y se considera la antecesora de la popular.

Entre los Instrumentos de cuerda, está la lira o Kitara, que se considera el instrumento nacional sumerio, y se le representa a finales del cuarto milenio precristiano. Se hallaron liras, adornadas con oro, plata y placas de concha con profusión de ilustraciones, en las tumbas reales. Estas primitivas liras sumerias son tan grandes que se apoyaban en el suelo y su caja de resonancia se construía en forma de toro, símbolo de la fertilidad. Más tarde esa forma se estilizó, pero la cabeza de toro quedó como ornamento con columna. El ejecutante se sentaba ante el instrumento tocaba las cuerdas con ambas manos. El número de estas cuerdas oscilaba entre 4 y 7, y en los instrumentos hallados, también entre 8 y 11. Esta lira de pie se convirtió luego en lira de mano, cuya primera imagen reproducida procede de la época babilónica hace unos 1800 años AC.

El arpa, ya la encontramos en la época sumeria. La caja de resonancia y el cordal forman una unidad en forma de arco. Se la podía sostener de forma vertical u horizontal, y tenían de 4 a 7 cuerdas. Su caja de resonancia se hallaba en la parte superior, y el cordal se halla formando ángulo agudo con ella con un número de cuerdas es elevado.

El laúd, en sumerio, panturpequeño arco musical, con una existencia documentada en reproducciones babilónicas del segundo milenio precristiano, casi siempre en manos femeninas, pero lo está de igual modo entre los asirios. Llama la atención su largo cuello, laúd de cuello largo, con diapasón, sobre el cual corren de 2 a 3 cuerdas, y su pequeño cuerpo de resonancia, sobre el cual se halla tendido un parche, en forma de media calabaza.

Los Instrumentos de viento, como la Flauta, desde tiempos primitivos, se denomina gi-bu, “tubo largo”, no tiene embocadura, y se sostenía en posición casi vertical. Además existen flautas de orificios digitados. La Chirimía doble, formada por dos tubos construidos de plata, de igual longitud y sin boquilla y de 4 orificios digitados cada uno. Era un instrumento musical de viento-madera parecido al oboe y de doble lengüeta,  y las trompetas rectas al igual que las trompetas en espiral, sólo aparecen en el período asirio. Seguramente se las empleaba como instrumentos de señales en el ejército.

Entre los instrumentos de percusión estaban las sonajas, varillas entrechocadas, sistros en forma de U, campanas de bronce y platillos de mano.

Grandes timbales de caldero de metal, pequeños tambores cilíndricos, qué llevados verticalmente delante del vientre, y también horizontalmente en caso de tener dos parches, y un gran tambor de marco o bombo, de un diámetro aproximado de 1.80 metros, percutido por dos ejecutantes. Este último instrumento de origen asiático, coronado por una pequeña figura erguida.

Empleaban escalas pentatónicas y heptatónicas. Dicha teoría surge del análisis de la cronología de la época que permite dicha deducción debido al número de cuerdas en los instrumentos de cuerda y de orificios de los instrumentos en los instrumentos de viento.

La música era homofónica, pero parece que hubieran conocido también la polifónica. Así, las liras y las arpas casi siempre se punteaban con ambas manos y la chirimía sonaba a dos voces, posiblemente una emitía una nota pedal mientras que en la otra se ejecutaba la melodía.

En numerosas imágenes se representaron varios músicos componiendo pequeñas orquestas, por lo que la práctica orquestal, aunque no tal y como la conocemos hoy en día, era algo extendido. Estas combinaciones solían ser de dos arpas y cantante, o lira, arpa, tambor, platillos, o también chirimía doble, flauta doble, arpa, lira, etc., es decir, combinaciones de sonidos manifiestamente suaves.

 

 

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