Las ruinas mayas de Tikal en Guatemala – VII

El templo principal de Tikal

El Parque Nacional Tikal está en plena selva y las pirámides apenas logran sobresalir entre las copas de los árboles y todas las ruinas están rodeadas de una naturaleza exuberante. Sus templos-pirámide asoman por encima de la frondosa selva guatemalteca, una imagen que evoca el esplendor y el abandono de la ciudad más extensa de la civilización maya clásica.

El parque nacional de Tikal ocupa 576 km² de selva, de las que las ruinas solo son una pequeña parte. El centro de la ciudad comprendía 16 kilómetros cuadrados y en ella había más de 400 edificios, una gran parte están aún por desenterrar, es parte de la Reserva de la Biósfera Maya. No solo es la ciudad maya más grande de toda América, sino también la más espectacular. 

Tikal fue una de las ciu­dades mayas más grandes y an­tiguas, y un ejem­plo del auge y la enigmática caída de esta civilización durante su período clásico, entre los siglos III y X. 

Procedentes del altipla­no de Guatemala, los antepasados de los mayas emigraron al este, Chiapas y Tabasco,  y oeste, tierras bajas de Guatemala, Honduras y Belice, en el II milenio a. C. A su paso fundaron aldeas, algunas de las cuales se transformarían siglos más tarde en las primeras ciudades de la cultura maya. Una de ellas fue Tikal, situada en el corazón del bosque tropical del Petén, al noreste de Guate­mala, y habitada desde 800 a. C.

El asenta­miento creció en población y exten­sión y hacia 200 a. C., se construyó en una colina rodeada de ciénagas. Sobre esta base se alzaría el nú­cleo de la ciudad maya, un gran com­plejo de acrópolis y templos-pirámi­de. A principios del siglo I d. C., los primeros gobernantes de Tikal esta­blecieron en las plataformas y peque­ños templos piramidales de la acrópo­lis norte el centro ceremonial de la ciudad, escenario de los ritos cívicos y religiosos que contemplaba el pueblo desde la Gran Plaza, mientras que la acrópolis central reunía los palacios de las clases dirigentes y los edificios administrativos. Las seis grandes pi­rámides de la ciudad, coronadas por templos, fueron construidas con su aspecto actual en los siglos VII y VIII y alcanzan una altura impresionante, entre 43 y 70 metros.

Convertida en una de las más de sesenta ciudades-estado que caracterizaron la organización territorial de los mayas, Tikal alcanzó su apogeo entre 550 y 900 d. C., cuando llegó a ocupar un área de 60 km2 y tener has­ta 200.000 habitantes.

El yacimiento de Tikal, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979, es el mayor de América. La acrópolis norte ilustra la sofisticación de la arquitectura y escultura mayas, concebidas para servir y honrar a la teocracia gobernante. El complejo ceremonial, que llegó a tener hasta cien templos, era también el mausoleo de la nobleza dinástica. Sus miembros se enterraban junto a cerámicas y objetos de jade, obsidiana, conchas y perlas en cámaras funerarias abovedadas y pintadas.

Para exhibir su grandeza, los nuevos gobernantes reconstruían y ampliaban los templos, que ganaron altura hasta dominar el paisaje de la ciudad. Las fachadas se decoraban con estuco modelado y pintado, mientras que las anchas escaleras, donde se realizaban los rituales, estaban flanqueadas por enormes mascarones de dioses.

La historia de las dinastías de Tikal se ha podido reconstruir gracias a los textos jeroglíficos y las imágenes de los gobernantes cincelados en numerosas estelas de piedra. Plantadas en hileras dobles frente a los templos y acompañadas de pequeños altares, las estelas, que datan de entre 292 y 869, inmortalizaban y sacralizaban a los “señores divinos” que gobernaban la ciudad.

Todas las ciudades estado compartían la misma herencia cultural y religiosa y una in­tensa actividad comercial. Sin embargo, con el tiempo, la falta de cohesión política y la disputa por el control del territo­rio, de las materias primas y de las ru­tas comerciales generaron continuas alianzas y guerras entre ellas.

Para llegar a cada uno de los lugares se han de atravesar los senderos que hay en la jungla, con los ruidos  de la selva como crujidos de ramas, cantos de pájaros, y el calor que hace allí es tremendo. En Tikal viven 54 tipos diferentes de mamíferos como monos aulladores,   los cantos de 330 tipos diferentes de aves, tucánes, y guacamayo, tarántulas o escorpiones y serpientes, y mucha vida salvaje.

Los mayas comenzaron a establecerse por esta zona alrededor del 600 aC. Esta era una zona de terrenos pantanosos por la que no pasaban ríos, así que dependieron completamente del agua de la lluvia, construyeron  unas cisternas de almacenamiento de agua subterránea que se hallaron en unas excavaciones.

Tikal se fue convirtiendo en un importante centro ceremonial, cultural, comercial y religioso, tan grande, que llegó a albergar a 100.000 habitantes. A partir del 900 aC se empezarían a construir los imponentes templos de Tikal, y se edificaron las pirámides gemelas, la acrópolis central y los templos I y II.

Los mayas eran muy beligerantes y estaban en permanente competencia y se pasaban el tiempo luchando entre ellos, en constantes guerras. Cuando Tikal cayó, arrastraría al declive al resto de la civilización maya.

A medida que la población de Tikal crecía, la gran plaza se fue expandiendo, por lo que se demolieron antiguos edificios para ampliarla y se construyeron otras plazas ceremoniales para realizar sacrificios religiosos.

A partir del S. IX no se sabe exactamente quizás por culpa de la sobreexplotación, o por el agotamiento de recursos, Tikal fue abandonada progresivamente, hasta que allí no quedó nadie.

Después de su abandono, la jungla fue cubriendo con raíces, ramas y vegetación cada una de las ruinas. Pese a la gran altura que tienen las pirámides, los cedros, ceibas y caobas de la selva, lograron con sus más de 70 metros de altura, ocultar con sus ramas la imponente ciudad

En 1848 una expedición enviada por el Gobierno Guatemalteco descubriría las ruinas y más tarde en 1979 serían declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Hoy el Parque Nacional Tikal es para Guatemala un símbolo nacional y representa el orgullo de su increíble y poderoso pasado. A medida que los arqueólogos sigan excavando irán realizando nuevos descubrimientos que arrojarán más luz sobre los muchos misterios que envuelven a Tikal y quizás puedan averiguar qué sucedió allí, para que fuera abandonada y comida por la selva.

Mientras se recorren las ruinas de Tikal, se ven imponentes ceibas, que son el árbol nacional en Guatemala con un significado sagrado, pues consideraban que eran las que sostenía el universo, y sus raíces conectaban con el inframundo y sus ramas con el supramundo.

Los mayas, veían en el sacrificado como un auténtico honor, ya que suponía un pasaje directo hacia el paraíso en el que ellos creían, el sacrificio consistía en hacer un corte bajo las costillas para extraer el corazón que aún palpitaba.

En Tikal se encuentra el recinto dónde se practicaba el juego de la pelota. Esta se debía de colar en un aro similar al de una canasta de baloncesto y para golpearla solo se podía utilizar el cuerpo, no pudiéndose utilizar las manos, brazos o piernas, por lo que el juego de la pelota no era algo sencillo. El que perdía no era sacrificado, sino que se sacrificaba al ganador.

Los edificios más imponentes de Tikal son las pirámides escalonadas. Todos los templos y estructuras de Tikal se construyeron con piedra caliza. La más famosa es el Templo I, conocido como el Gran Jaguar. A continuación se relacionan:

  • La Gran Plaza
  • Templo I, a esta pirámide también se la llama el Templo del Gran Jaguar. En su tumba se encontró un impresionante ajuar funerario consistente en objetos de jade, que era la piedra más preciosa y también  objetos para practicar rituales.
  • Templo II, aunque mida 38 metros, en época de los mayas era tan alto como el templo I.
  • La Acrópolis Norteestá llena de estructuras y templos, hay una zona con doce estelas en las que se relataban a través de jeroglíficos las hazañas de los reyes de Tikal.
  • Acrópolis Centralera la zona donde vivían los nobles y también se piensa que aquí realizaban ritos y ceremonias. Está formada por una laberíntica red de calles, templos, edificios, salas y patios.
  • La Plaza Oestela encontraréis al norte del templo I
  • Acrópolis Sur y Templo V.
  • Plaza de los siete Templos, con calaveras con las tibias cruzadas  labradas en el templo. Aquí estaba situada una cancha triple del juego de pelota. En el Templo I también podréis ver otra.
  • Mundo Perdidoformado por 38 estructuras que rodean un templo. La pirámide que veréis aquí es la más pequeña del complejo. Tiene 32 m de altura.
  • Templo IV y Complejo N se cree que se construyeron para conmemorar la finalización de un “katún” o lo que es lo mismo un ciclo de 20 años del calendario maya. Subir hasta la cima del templo IV de Tikal, ya que desde allí se tiene una vista espectacular. El nombre de este templo es serpiente bicéfala.
  • Templo de las Inscripciones:Este situado a 1,2 km de la Gran Plaza, lo mejor de este templo son sus inscripciones y una de sus estelas.
  • Complejos de la zona Norte: Si os apetece ver más templos, andando un kilómetro al norte de la Gran Plaza os encontraréis otro montón de complejos.
  • El Templo IV, es la pirámide maya más alta del mundo

Acrópolis norte en Tikal.

Los mayas eran grandes conocedores de los fenómenos astronómicos e hicieron construir las pirámides con la orientación exacta para que el sol se reflejara en la cima de las pirámides, justo el día que marca el inicio de la temporada de lluvias.

Fue el ini­cio de una decadencia que culminaría entre los siglos IX y X con el colapso de Tikal y de las demás ciudades-es­tado de las tierras bajas centrales. Las dinastías gobernantes entraron en cri­sis, los niveles de población cayeron bruscamente y las ciudades se fueron abandonando.

Se han señalado múchas causas, como las gue­rras, la superpoblación, los desastres naturales, plagas e incluso una lucha de clases propiciada por la aparición de influencias foráneas, el hundi­miento de la civilización maya clásica sigue siendo un misterio. Las ciuda­des del Yucatán no se vieron afectadas y sobrevivieron hasta la conquista es­pañola.

Pero el pueblo maya no desapareció. Ha logrado resistir, principalmente en Guatemala, siglos de masacres y marginación. Tampoco se perdió el conocimien­to de las ruinas de Tikal. Los mayas de la región sabían de su existencia.

 

Ángel Villazón Trabanco

Ingeniero Industrial

Doctor en Dirección y Administración de Empresas

 

 

 

 

 

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