
Las historias y leyendas hablan de puertos exóticos, comerciantes de extrañas lenguas y barcos que regresan repletos de canela, anís, jengibre, clavo o perejil. Cuentos e historias que hacen soñar con el lejano oriente, con noches estrelladas de olores intensos, con bandidos y piratas, islas sin nombre, aventuras e historias contadas a la luz de las velas.
Fue gracias a las especias que India y Europa se encontraron, lo que dio paso a un fructífero comercio de todo tipo.
Las especias se comercializaban desde que Alejandro Magno, llegó hasta la India. La pimienta y la canela comenzaron a conocerse en Europa, donde cada vez fueron más populares y aunque siempre hubo que pagar mucho dinero, fue en la Edad Media cuando los precios subieron. A finales de la Edad Media las especias exóticas procedentes de Asia eran muy caras, por lo que se trató de encontrar caminos más económicos para conseguirlas. Así es como nació la ruta de las especias.
Desde el siglo X el comercio de las especias estaba en manos de los árabes y se llevaban a Europa, por tierra pasando por el territorio árabe. De este modo fueron pasando de unos intermediarios a otros, hasta conseguir llegar a su destino, en el que alcanzaban un precio que incluso podía llegar a superar cien veces el original.
Esto llevó a la idea de buscar una ruta marítima, en la que se pudiera llegar por mar a los países donde podía encontrarse la pimienta, la canela y la nuez moscada, evitando los intermediarios y tratando de conseguir mayores beneficios. La corona portuguesa envió a una expedición, en 1497, con Vasco de Gama a la cabeza para encontrar la ruta marítima a la India y regresar con las especias. Zarpó de Lisboa hasta el cabo de Buena Esperanza. A partir de ahí bordeó la costa este de África y el mar Arábigo hasta las Indias Occidentales y después navegó alrededor de la India y Ceilán y llegó a la bahía de Bengala y el estrecho de Malaca y finalmente, a las islas de las especias.
Cuando atracó en 1498 en la costa India Malabar, se convirtió junto a sus hombres, en la primera expedición europea en haber conseguido llegar allí. Da Gama puedo cerrar acuerdos comerciales con los que volvió a Lisboa con su barco completamente cargado en julio de 1499.
En su regreso del viaje que llevó a los portugueses hasta las costas de la India por vez primera, en el año de 1498, las dos naves que volvieron con Vasco de Gama llevan ya un cargamento de especias. Los portugueses consiguieron abrir la ruta y en diez años más construyeron su dominio marítimo y constituyeron su monopolio, transportando las especias por el Índico como habían hecho los mercaderes árabes desde los centros de Malaca y Calcuta hasta Ormuz o Suez.
En unas pocas décadas la mitad del comercio de las especias de Asia, cambió a esta ruta de mar, por lo que pronto se le puso el nombre de la ruta de las especias.
El propio da Gama fue elevado a la nobleza y finalmente nombrado virrey de la India. Su expedición sentó las bases para el monopolio de especias portugués, que entre 1506-1570 arrojó ganancias extremas, que fue uno de los factores desencadenantes de la colonización, ya que las otras grandes potencias europeas querían beneficiarse de las oportunidades de ganancias.
En las Cruzadas, los europeos ya en el siglo XI se habían acostumbrado a ciertos productos en su contacto con Oriente, y entre ellos, las especias, utilizadas para condimentar los alimentos y también algunas plantas de uso medicinal. Los europeos reclamaban productos a los que se habían acostumbrado de su contacto con Oriente, y entre ellos, las especias.
La ruta de las especias y partía del Océano Índico, llegaba al Golfo Pérsico y de ahí se trasladaba a Alejandría, Antioquía y Constantinopla, ciudad que servía de enlace entre Oriente y Occidente y a través de la cual se hacían importantes transacciones comerciales.
En 1453 cayó Constantinopla en poder de los turcos, la comunicación entre Europa y Asia quedó cortada y entre los europeos surgió la necesidad urgente de encontrar otras rutas hacia Oriente. El siglo XIV estuvo marcado por malas cosechas, crueles enfermedades, interminables guerras, salteadores, climas poco favorables y una gran demanda de productos, factores que habían encarecido el precio de estas mercancías.
El afán por encontrar una ruta para llegar directamente a las especias fue uno de los móviles económicos de los viajes de exploración y de la expansión europea. Los marinos europeos, los venecianos iban a buscarlas a los puertos del Levante mediterráneo como Alejandría, Antioquía, Esmirna. Allí llegaban a través de una de las grandes rutas asiáticas. La consolidación en el siglo XV del poder territorial del Imperio Otomano impulsó a buscar un contacto más fácil con las Indias para obtener sobre todo las especias, aunque también telas preciosas, perfumes.
El negocio no radicaba sólo en la importación a Europa más o menos monopolizada, sino en su redistribución por el Viejo Continente, que enriqueció a muchos hombres de negocios. Todavía a fines del siglo XVI, las firmas de Augsburgo dominaban el mercado de especias. Los beneficios obtenidos sobre los productos coloniales incitaron a los países marítimos a intentar acceder directamente a las Indias Occidentales y Orientales.
Fue una de las rutas comerciales más importantes durante gran parte de la historia, al igual que otra famosa ruta comercial llamada la ruta de la seda, siendo muy importante para Europa desde los primeros siglos de nuestra era.
Las especias provenían en gran parte de los actuales India, Indonesia, China y otras regiones circundantes, desde donde se producían especias como el clavo de olor, la nuez moscada, en China e Indonesia, la canela en Ceilán, la pimienta en India, y de ahí llegaba a Europa por el Mediterráneo por medio de mercaderes árabes en su momento álgido.
La ruta de las especias a Europa no era una sola, sino varias, siendo dos las más importantes una por Egipto y la otra por Siria. Una vez llegaban a Italia eran distribuidas a toda Europa desde sus dos puertos principales, Venecia y Génova.
La ruta de las especias
El uso de especias data al menos del período Neolítico, ya que se han encontrado restos de las mismas en excavaciones de hace miles de años. Las excavaciones en el Medio Oriente descubrieron que hace miles de años, el comercio estaba impulsado por las especias. Algunas de estas podrían haber llegado a estas regiones sólo a través del comercio, ya que no son propias de las regiones donde fueron encontradas.
La primera evidencia escrita del uso de especias se encontró en Mesopotamia. Se trata de las llamadas «Tablillas de Yale», tres tablillas de arcilla que contienen las recetas más antiguas que datan de alrededor del año 1700 a.C., en las que especias como el comino y el cilantro tienen un papel protagónista en las más de 30 recetas que allí se encuentran.
Aunque fueron los romanos en el siglo I los que comenzaron a importar especias a gran escala, principalmente pimienta, no fue hasta el siglo IV cuando la ciudad de Constantinopla se convirtió en una destacada ciudad comercial. Fue allí donde llegaron por primera vez otras especias como la nuez moscada y el clavo de olor.
Durante la Edad Media, en Europa, el uso de especias se relacionaba con las clases altas y el estatus social, y su precio era tan alto que se las trataba como reliquias o joyas. Para poner un ejemplo, la pimienta en el siglo XV valía 30 veces su precio cuando llegaba a Venecia, ciudad que en esa época era el principal nodo del comercio de la ruta de las especias en Europa.
Al parecer, es uno de los motivos que llevaron a las embarcaciones españolas a buscar un camino rápido a las Indias, con la historia y su desenlace que todos conocemos
El camino se realizaba al principio en barcos que atravesaban el Océano Índico, y antes de llegar a los puertos del Mediterráneo la ruta seguía dos caminos, uno que llegaba Damasco o Constantinopla a través del Golfo Pérsico, y otra que cruzaba el Mar Rojo para llegar a Egipto cruzando el Nilo. Y después en barco, hasta los puertos romanos, hasta Venecia o Génova después.
Sin embargo, tras la invasión musulmana del Indostán y la unificación de toda la zona con la llegada del Imperio Mogol, se desarrollaron rutas de caravanas que sustituyeron en parte estas rutas marítimas y podían viajar por tierra con más seguridad, lo que desplazó la ruta por otros centros de interés en Rajastán.
La Ruta de las Especias marcó el desarrollo de toda la región durante la Edad Media. Fue determinante para la prosperidad de ciudades y la conversión de pequeños emplazamientos en grandes urbes, y también condicionó la ubicación de determinados puntos estratégicos y bastiones que defendieran el comercio de guerras, piratas y bandidos o enfrentamientos regionales.
Es posible ver los vestigios de estas transacciones en el sur, Cochín, Munnar, Periyar, Thekkady, Madurai, Tanjore, Chennai… y en el norte, Jaisalmer, Jodhpur, Udaipur, Jaipur, Srinagar. Todos ellos, verdaderos museos vivos.
Su nombre, del latín “species”, significa “básico” o “esencial”. No sólo condimentan y transforman los sabores en la cocina, sino que sirven para la conservación de alimentos, para elaborar aromas y perfumes o para su aplicación en la medicina tradicional. Y todo ello sin olvidar sus usos afrodisíacos, místicos o sagrados. No en vano las especias eran llamadas “el oro de India”.
No es de extrañar entonces que el comercio de especias fuera el motor de grandes acontecimientos de la historia.
Esto condicionó el viaje de Cristóbal Colón para intentar llegar a las Indias por occidente. Magallanes o Elcano, precursores de la ruta que unía Castilla con Filipinas y las llamadas “Islas de las Especias”, las actuales Islas Molucas.
Las especias
En el siglo XV, al interés por obtener las especias en forma directa y su creciente valorización, se sumaron también adelantos en materia científica, como la brújula y el astrolabio, y barcos más seguros que permitieron que los navegantes se aventuraran cada vez más lejos.