Los dioses Aztecas – III

Las culturas antiguas mesoamericanas eran sociedades politeístas y en su mitología  el Sol tenía un papel muy importante  caracterizándose también  por la celebración de rituales, en los que no faltaban sacrificios humanos para contentar a sus dioses.

Entre los dioses podemos encontrar a los siguientes como los más relevantes:

Tezcatlipoca. Dentro de la mitología azteca, se le consideraba como la contraposición de Quetzalcoatl. A este dios mexicano se le nombraba como el Tezcatlipoca negro y a Quetzalcoatl el Tezcatlipoca blanco. Era la divinidad del cielo y la tierra, el origen de la felicidad y el poder, era el amo de batallas,  y representaba lo oscuro, lo desconocido y la providencia.

Tonatiuh. Es uno de los dioses aztecas más importantes, ya que se le considera el dios mexicano del Sol y líder del cielo. Era el encargado de dar calor con su poder a sus gentes y  procurar vigor y salud para todos los responsables de defender al pueblo. También se le consideraba como el patrón de los guerreros

Centéotl. Es la divinidad del maíz,  alimento  esencial en las culturas mesoamericanas que significaba la representación del sustento y de lo dual, de la ebriedad y del consumo de alcohol con objetivos ceremoniales.

Chalchiuhtlicue. Una de las diosas aztecas que tenía poder sobre las aguas corrientes y los cúmulos de agua dulce. Significa  «la de la falda de jade» y también era la diosa azteca de los nacimientos. En los templos, se representaba con una falda de tonos verdosos y azulados, representando una cascada.

Xipe Totec. El dios azteca Xipe Totec era venerado para tener una óptima fertilidad agrícola. También era la deidad de las minas de oro y del este. Se representaba vistiendo piel humana desollada, que representa la muerte de plantas viejas y moribundas, y el crecimiento de brotes nuevos.

Tlaltecuhtli. Su nombre significa «el que da y devora la vida» y era considerado el dios azteca de la tierra. Requería de sacrificios humanos numerosos para su subsistencia según las creencias aztecas. Este dios mexicano representaba la superficie de la tierra. Se creía que se comía al sol vorazmente todas las noches para devolverlo a la siguiente mañana. Se representaba en forma de monstruo marino.

Ixtlilton. Representaba las danzas, la diversión, el juego y las celebraciones y era el patrón de las festividades aztecas. También se le consideraba como el dios azteca de la medicina y la sanación. Quienes estaban heridos eran trasladados a su templo y se lo consideraba una deidad azteca que cuidaba de los niños, sobre todo de los que nacían con alguna discapacidad.

Tezcatlipoca. Era un representante del principio de dualidad,  y reflejaban los hechos de la humanidad. Divinidad aérea, representaba el aliento vital y la tempestad y llegó a asociarse posteriormente con la fortuna individual.

Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, aparece enfrentado a Tezcatlipoca, quien, según la leyenda, le hizo beber varios tragos de pulque, avergonzado se ocultó y finalmente desapareció, prometiendo que volvería. Está relacionado con la enseñanza de las artes y, por tanto, actúa como introductor de la civilización. Sus devotos, para venerarlo, se sacaban sangre de las venas que están debajo de la lengua o detrás de la oreja y untaban con ella la boca de los ídolos.

Su grado de importancia era tan alto que era considerado por algunos como el principal dios del panteón azteca, en competencia con Huitzilopochtli, que era el dios más poderoso. Quetzalcoatl es el dios de la luz, la vida, la fertilidad, la sabiduría, los vientos, del aprendizaje y del conocimiento. Era el patrón de la creatividad. Fue considerado como regidor del oeste y el patrón del día.

Huitzilopochtli. Dios de la guerra, representaba los dardos y lanzas del guerrero, la sabiduría y el poder. Su nombre alude al colibrí, precursor del verano, la estación de los relámpagos y la fertilidad. Huitzilopochtli es considerado el Padre de los aztecas, de tal forma que era su patrón principal. El dios más poderoso de la mitología azteca, es también hijo del dios Tonatiuh y la diosa Coatlicue. Cuando nació, no fue apoyado por su familia, pero sacó su valía utilizando una serpiente de fuego como arma. Terminó convirtiéndose en regidor del Sol.

Tláloc. Dios de la lluvia, casado con Chalchiuhtlicue, diosa del agua, es el dios  de las lluvias y tormentas asociado con la buena producción agrícola y la fertilidad. También era conocido como  «el que hacía brotar las cosas» y se le atribuían fenómenos como los rayos y los terremotos. Se trata de una de las deidades más antiguas de la región.

Tlazolteotl. Diosa de la inmundicia, la lujuria y el deseo, absolvía a los fieles de sus faltas o pecados; representaba la basura, el abono y, por tanto, la fecundidad de la tierra.

Mictlantecuhtli.  Dios de las tinieblas y la muerte, vivía en una región del Mictlán,  donde iban los muertos que no merecían ninguno de los diversos grados de cielos, y su castigo era el tedio. Mictlantecuhtli era los principales dioses aztecas de la muerte y esposo de la divinidad de la muerte,  por el que también era el dios azteca del inframundo. También se le consideraba una deidad de las sombras. Mictlantecuhtli era un señor que gobernaba Mictlán, un lugar habitado por almas de difuntos cuya tranquilidad y oscuridad convertían al sitio en un lugar en el que nadie quería parar.

Ahuiateteo. Eran un conjunto de dioses aztecas,  Ahuiateteo,  que lo constituían los representantes de la depravación, los vicios, el placer terrenal y mundano. Se les relacionaba con los Tzitzimimeh, es decir, unos seres sobrenaturales vinculados con desgracias como las guerras, las sequías y la muerte.

Muerte, dualidad, guerra, lujuria, deseo, pulque, resurrección, agua, la fertilidad, el poder y la sangre son las principales fuentes de identificación de las viejas culturas. Estos iconos de vida nos parecen muchas veces desligados.  El día de muertos es una de la muestras  de la muerte dentro de nuestra sociedad, en todo el país esta tradición sigue vigente con muchos cambios, que obedecen a las necesidades de las nuevas culturas pero que mantienen la misma esencia.

Que tanto la resurrección, lo vital, el agua y la sangre han dejado de formar parte de la “nueva”, ahora vieja religión cristiana católica, en donde todos los valores se encuentran de igual manera, solo que diferentes, pero a fin de cuentas cumpliendo y abordando las mismas necesidades de la nación, esto nos lleva a pensar en una esencia fundamental que no se ha perdido. Si miremos dentro de las diversas identidades de nuestro país, tanto la agresividad, el deseo, la lujuria, la guerra y el poder han dejado de formar parte de nuestro comportamiento,  muchos encajan perfectamente en los diferentes cánones de identidad que se han ido creando en el país, una serie de reminiscencias arrastrados durante décadas, y que al parecer los dioses en su esencia, siguen después de miles de años dominando sus viejos territorios en México, un país mágico por naturaleza. 

Piedra del Sol Azteca. “Calendario Azteca”

La Piedra del Sol es un disco monolítico tallado en basalto durante la época de esplendor de los Mexicas, alrededor de 1512 en el siglo XV. Su parte circular tiene un diámetro de 3,6 metros, 1,22 de grosor y un peso de 24 toneladas. Tiene inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y a los cultos solares. Fue labrada, y las imágenes en su superficie se refieren a la cosmovisión de ese pueblo.

Más allá de su consideración como representación del calendario, debemos ver esta pieza como un compendio de la cosmogonía azteca. En ella se visualizan las cinco eras cosmogónicas consignadas en los textos indígenas del siglo XVI y en los  códices prehispánicos. Los círculos exteriores y el canto de la piedra expresan la visión azteca del cosmos, es el tiempo creado y destruido por los dioses.

La deidad que se encuentra en el centro del monumento es Tonatiuh, Dios del Sol y es la edad cósmica de mayor dimensión representada en el centro de este monolito.

Los dioses:

  • Tezcatlipoca representante del principio de dualidad. Portaba un en el que se reflejaban los hechos de la humanidad. Divinidad aérea, representaba el aliento vital y la tempestady llegó a asociarse posteriormente con la fortuna individual.
  • Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, aparece enfrentado a Tezcatlipoca, quien, según la leyenda, le hizo beber varios tragos de pulque, avergonzado se ocultó y finalmente desapareció, prometiendo que volvería. Está relacionado con la enseñanza de las artesy, por tanto, actúa como introductor de la civilización. Sus devotos, para venerarlo, se sacaban sangre de las venas que están debajo de la lengua o detrás de la oreja y untaban con ella la boca de los ídolos.
  • Huitzilopochtli, dios de la guerra, representaba los dardos y lanzas del guerrero, la sabiduría y el poder. Su nombre alude al colibrí, precursor del verano, la estación de los relámpagos y la fertilidad.
  • Tláloc, dios de la lluvia, casado con Chalchiuhtlicue, diosa del agua.
  • Tlazolteotl, diosa de la inmundicia, la lujuria y el deseo, absolvía a los fieles de sus faltas o pecados; representaba la basura, el abono y, por tanto, la fecundidad de la tierra.
  • Mictlantecuhtliera el dios de las tinieblas y la muerte. Vivía en una región del Mictlán, en el Ombligo de la Tierra; a este lugar iban los muertos que no merecían ninguno de los diversos grados de cielos, y su castigo era el tedio.

Muerte, dualidad, guerra, lujuria, deseo, pulque, resurrección, agua, la fertilidad, el poder y la sangre son las principales fuentes de identificación de las viejas culturas, estos iconos de vida nos parecen muchas veces desligados e inclusive ajenos, sin embargo cabe reflexionar hacerla de que tanto estos valores ya no son inherentes a nuestra identidad: el día de muertos es una de la muestras mas claras del la muerte dentro de nuestra sociedad, en todo el país estar tradición sigue vigente con muchos cambios, que lógicamente obedecen a las necesidades de las nuevas culturas pero que mantienen la misma esencia.

Que tanto la resurrección, lo vital, el agua y la sangre han dejado de formar parte de la “nueva”, ahora vieja religión cristiana católica, en donde todos los valores se encuentran de igual manera, solo que diferentes, pero a fin de cuentas cumpliendo y abordando las mismas necesidades de la nación, esto nos lleva a pensar en una esencia fundamental que no se ha perdido, así mismo miremos dentro de las diversas identidades de nuestro país que tanto la agresividad, el deseo, la lujuria, la guerra y el poder han dejado de formar parte nuestro comportamiento, siendo que muchos si no es que todos encajan perfectamente en los diferentes cánones de identidad que se han ido dando en la historia del país, una serie de reminiscencias arrastrados durante décadas y que al parecer los dioses en su esencia siguen después de miles de años ha dominando sus viejos territorios en México, un país mágico por naturaleza.

Piedra del Sol Azteca. “Calendario Azteca”

La Piedra del Sol es un disco monolítico tallado en basalto durante la época de esplendor de los Mexicas, alrededor de 1512 en el siglo XV. Su parte circular tiene un diámetro de 3,6 metros, 1,22 de grosor y un peso de 24 toneladas. Tiene inscripciones alusivas a la cosmogonía mexica y a los cultos solares. Fue labrada, y las imágenes en su superficie se refieren a la cosmovisión de ese pueblo.

Más allá de su consideración como representación del calendario, debemos ver esta pieza como un compendio de la cosmogonía azteca. En ella se visualizan las cinco eras cosmogónicas consignadas en los textos indígenas del siglo XVI y en los códices prehispánicos.

Los círculos exteriores y el canto de la piedra expresan la visión azteca del cosmos, es el tiempo creado y destruido por los dioses.

La deidad que se encuentra en el centro del monumento es Tonatiuh, Dios del Sol y es la edad cósmica de mayor dimensión representada en el centro de este monolito.

Piedra del Sol.

 

Ángel Villazón Trabanco

Ingeniero industrial

Doctor en Dirección y Administración de Empresas

Ángel Villazón, de origen mexicano, tiene una página web dedicada a la Narrativa, al Arte, a la Cultura, a la Gastronomía Mexicana, etc., donde puedes leer muchos relatos y artículos, además de poder comprar sus libros:

www.angelvillazon.com

 

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