3 DE AGOSTO DE 2023, 11:40
Algunos grupos de olmecas que migraron de la zona mesoamericana del Golfo de México, se establecieron en el Altiplano Central. Cuando esos grupos se encontraron con los pueblos que habitaban esta región, se mezclaron culturalmente y dieron origen a otras culturas, entre ellas la cultura Teotihuacana.
Fueron una cultura desarrollada en torno a la ciudad de Teotihuacán, ubicada en la región central de México, durante el Período Clásico temprano, de acuerdo con la periodización de la historia mesoamericana. Tuvo su apogeo entre los años 100 d. C. y 650 d. C. aproximadamente.
La ciudad de Teotihuacan creció con el tiempo, convirtiéndose en una ciudad muy poblada, de cerca d 250 mil habitantes. Logró su mayor esplendor en el periodo Clásico, entre el año 150 d. C. al 750 d. C. Fue muy influyente en la economía, la política, la arquitectura y el arte de toda Mesoamérica.
Fueron una cultura desarrollada en torno a la ciudad de Teotihuacán, ubicada en la región central de México. Tuvo su apogeo entre los años 100 d. C. y 650 d. C.
Pirámide del sol
Entre los años 750 y 800, esta ciudad fue destruida y ocupada por otras culturas que se mezclaron con la antigua población. No se conocen con certeza las causas de su destrucción, posiblemente cambios en el ambiente sumado a otros factores, tal como desastres naturales.
El nombre Teotihuacán significa «lugar de los dioses» en la lengua de los aztecas, ya que estos creían que los monumentos de aquel lugar habían sido construidos por dioses y lo consideraban un territorio sagrado.
Estuvo ubicada en el centro de México, en el valle de Teotihuacán, hacia el este del lago Texcoco. Desde ahí extendió su influencia tanto hacia el oeste como hacia el este, hasta la región del Golfo de México.
Ubicación en el mapa de Teotihuacán
Fue un centro urbano complejo con una gran cantidad de habitantes. Se calcula que en su período de apogeo habría tenido entre 85.000 y 200.000 habitantes. Existen evidencias que muestran la convivencia de personas de distintos grupos étnicos en la ciudad.
Se supone que los primeros asentamientos de población se produjeron alrededor del año 0. Hacia el año 150 d. C. se comenzó a configurar la ciudad y entre el año 300 y 600, la ciudad se transformó en un gran centro de poder regional.
La ciudad estaba dividida en 4 cuadrantes a partir de 2 ejes: el principal era la Calle de los Muertos, ancha avenida con orientación Norte Sur en la que se alineaban los templos y los principales palacios, y el otro eje era la avenida Este y Oeste. En el centro se ubicaban los conjuntos ceremoniales, la ciudadela y los templos.
Fueron grandes artesanos de la piedra, la cerámica y de fibras vegetales como el algodón, el maguey y el amate, con las que realizaban distintos textiles
La importancia de su centro ceremonial atrajo poblaciones que se ubicaron en aldeas satélites, donde se producía buena parte de los bienes que se consumían en la ciudad.
Hay evidencia de realización de trabajos colectivos para controlar el ambiente, encauzamiento de manantiales, desvío de ríos, canalización y, aparentemente, un sistema de chinampas.
Fueron grandes artesanos de la piedra, la cerámica y de fibras vegetales como el algodón, el maguey y el amate, con las que realizaban distintos textiles.
Conocieron el calendario, la numeración y practicaron una escritura jeroglífica. También practicaron observaciones astronómicas.
Calle de los Muertos y Pirámide del Sol en el centro ceremonial de Teotihuacán
El gobierno estaba integrado por élites que tenían el control político, ideológico y religioso. Los gobernantes conformaban una casta sacerdotal. No parece que hubiera existido una forma de poder personalizada y dinástica, ya que no se han encontrado evidencias de culto a la personalidad del rey como en otras culturas.
La sociedad teotihuacana estaba integrada por una aristocracia sacerdotal que ejercía tanto la función política como religiosa. Esta también controlaba la administración y el comercio, y era la depositaria del conocimiento. En un estrato inferior se ubicaban los artesanos y los funcionarios de la corte gobernante. Finalmente, los campesinos y sirvientes de la clase alta ocupaban el estamento más bajo.
El gobierno estaba integrado por élites que tenían el control político, ideológico y religioso. Los gobernantes conformaban una casta sacerdotal
Se supone que la población en general se vestía con taparrabos, mantas y sandalias, en el caso de los hombres, y pollerines y mantos en el caso de las mujeres. Los miembros de los grupos sociales más altos usaban textiles más elaborados, con policromados e incrustaciones de nácar y piedras. También utilizaban adornos como narigueras, collares, brazaletes, aros y pectorales de distintos materiales, y practicaban la pintura corporal y el tatuaje.
Los teotihuacanos eran politeístas. Sus dioses y muchas de sus ceremonias fueron compartidas por otras culturas mesoamericanas. Su principal divinidad fue Tláloc, dios de la lluvia y el agua. Este vivía en el Tlalocan, una especie de paraíso desde donde enviaba agua y otros dones a la tierra. Algunos autores afirman, que la divinidad más importante podría haber sido una diosa, la Madre del Agua.
Representación del Tlalocan.
Mural en el palacio de Tepantitla,
en Teotihuacán
Gracias a las pinturas al fresco encontradas en distintos edificios de la ciudad, se sabe que los teotihuacanos realizaban grandes ceremonias y festividades religiosas, ofrendas para los dioses, en las plazas y centros ceremoniales. También realizaban el ritual del juego de pelota y sacrificios humanos.
Creían en la vida después de la muerte, aunque fue común la costumbre de incinerar los cadáveres, los enterramientos solían realizarse con ajuares para que acompañaran al muerto en la otra vida.
La economía de los teotihuacanos se basaba principalmente en la agricultura, la cual practicaban en milpas en las colinas boscosas que rodeaban el valle. Hacia el final de su civilización también realizaron cultivos en terrazas.
Cultivaban maíz, calabaza, ajíes o chiles, frijoles y tomates, entre otras especies. Complementaban su dieta con el producto de la caza y la recolección.
Los teotihuacanos eran politeístas. Sus dioses y muchas de sus ceremonias fueron compartidas por otras culturas mesoamericanas
Mantuvieron complejas redes de comercio de larga distancia. Desde lugares lejanos llegaban a Teotihuacán cacao, plumas de quetzal, jade, algodón, caucho y caracoles, entre muchos otros productos. Existía en la ciudad un barrio de comerciantes y había un gran mercado enfrente de la ciudadela.
Los teotihuacanos construyeron enormes palacios y templos sobre basamentos escalonados, con el sistema constructivo de talud y tablero. Muchos de ellos presentan coloridos murales pintados con distintas escenas: representación de dioses, ceremonias, escenas naturalistas con agua, semillas, motivos marinos animales, mariposas, entre otros.
Fue importante también la decoración en bajo relieves y la escultura monumental de carácter simbólico, con representación de los dioses.
Mapa de La Cultura Teotihuacán
La costumbre teotihuacana de pintar las paredes exteriores e interiores de las edificaciones genera una pintura mural de temática religiosa que reaparece en la cerámica ritual elaborada por los alfareros de la cultura teotihuacana.
Teotihuacan fue una importante ciudad comercial gracias a su abundante producción agrícola, tanto la de temporal como en la que se utilizaban canales de irrigación, y a los yacimientos de obsidiana.
La dominación de Teotihuacan se extendió a muchas zonas de Mesoamérica. Unas estaban bajo su autoridad directa y otras, pagaban tributo. La influencia cultural fue fuerte y se advierte en las áreas del Golfo de México, Oaxaca y la Región Maya.
La sociedad teotihuacana estaba integrada por sacerdotes, guerreros, comerciantes, artesanos y agricultores, entre otros.
La ciudad comenzó siendo un centro de peregrinación religiosa, pero, poco a poco se transformó en un emporio industrial gracias a la producción de la obsidiana
Las viejas ideas heredadas del período Formativo evolucionaron con el correr de los Siglos. La ciudad comenzó siendo un centro de peregrinación religiosa al que acudían los campesinos de los alrededores, pero, poco a poco se transformó en un emporio industrial gracias al monopolio que los teócratas de Teotihuacán ejercían sobre la producción y la elaboración de la obsidiana, una dura piedra volcánica importantísima sociedades que desconocían los metales. La unión de uno y otro factor permitió la aparición de un tercero: el comercio interregional, y éste condujo a un cuarto, la expansión imperialista. La progresiva presencia de guerreros en las pinturas murales ilustra perfectamente el complejo proceso que impulsó a los pobladores de la cultura teotihuacana a ocupar zonas estratégicas de Mesoamérica desde donde podían controlar determinadas materias y ejercer una fuerte influencia educativa e ideológica.
Dios Tlaloc
Las principales deidades Tlaloc, Chalchiuhtlicue y Xipe-Totec, estaban vinculadas con el agua y la vegetación. A ellos habría que añadir otras viejas divinidades del Formativo, como Quetzalcóatl, el dios del bien, Huehueteotl, el dios del fuego, y Mictlantecuhtli, señor de la muerte.
Los teotihuacanos expresaban sus creencias por medio de la escultura, la cerámica y la pintura mural. Por ejemplo, en las fachadas de los templos representaban a deidades como Tláloc y la Serpiente Emplumada, relacionados con la lluvia y la fertilidad, respectivamente.
A finales del periodo Clásico, la ciudad fue saqueada, quemada y destruida. Se desconocen con exactitud las causas de la decadencia de esta cultura, pero algunos investigadores consideran que sucumbió por la sobreexplotación de los recursos naturales, las invasiones de otros pueblos y los conflictos internos