Cosmogonía, astronomía y arquitectura Azteca – V

Observatorio 

Desde antes de la llegada de los aztecas al Valle de México ya existían antiguos cultos al alma que acuñaron en su afán de adquirir un rostro.  Al asimilarlos, cambiaron sus propios dioses, tratando de colocarlos al mismo nivel de los antiguos dioses del panteón Nahua. De esta manera  elevaron sus dioses tutelares  como Huitzlipotli  y Coatlicue, al nivel de las antiguas deidades, como Tlaloc, Quetzalcoalt y Tezcatlipoca

Los aztecas se consideraban como el pueblo elegido por el Sol, encargados de garantizar su recorrido por el cielo alimentándolo. Este sentimiento fue reforzado por la reforma social y religiosa emprendida por los emperadores Moctezuma IAxayácatl a mitad del siglo XV. Las religiones prehispánicas se formaron a través de una lenta evolución y asimilación de estos dioses, como encarnaciones de las fuerzas de la naturaleza con personalidad humana.

Los sabios nahuas,  trataron de dar un poco de orden a esta multitud de dioses, así tenemos en primer lugar a los dioses creadores, o Ipalnemohuani, palabra nahua que significa ‘aquel por quien se vive’. Los dioses creadores eran Ometéotl, ome: ‘dos’; teotl: ‘dios’,  el principio de la dualidad creadora que a su vez engendraba en sí mismo como origen y efecto a Ometecutli, ome que significa dos y tecutli señor, elemento masculino de origen, y Omecihuatl, que significa dos y  cihuatl, señora, elemento femenino de origen.

A partir de ellos surgían cuatro elementos rectores principales, Te, señor del espejo negro, Quetzalcoalt, serpiente emplumada, creadores del mundo, Tlaloc, señor del agua, y Ehecatl, señor del viento,  proveedores de la lluvia y de la vida. Otro nombre que se le daba a estos dioses es Tloque Nahuaque, «El inventor de sí mismo». La mayor parte de la poesía náhuatl que sobrevive, usa estos nombres para referirse a los dioses creadores.

Obsevatorio celeste

Después estarían los dioses patronos, que eran los encargados de vigilar a cada pueblo. Según una antigua leyenda, cuando los grupos nahuas salieron de Aztlan, cada una de ellas llevaba consigo su «bulto sagrado», que contenía las reliquias de su dios patrono. Huitzilopochtli era el dios patrono de los mexicas, pero ellos también respetaban los dioses de los otros pueblos. Junto al templo mayor construyeron un templo especial para los dioses patronos de todos los pueblos conquistados.

Existían así mismo, dioses dedicados a cada profesión y aspecto de la vida. Xipe Tótec, dios del reverdecimiento fue adoptado como el dios de los plateros, Nanahuatzin, de las enfermedades de la piel y la humildad, Tlazotéotl, diosa del amor físico y de las prostitutas, etc.

La sucesión del día y la noche se explicaba por las constantes luchas entre los astros principales y puesto que el durante el dia la luna y las estrellas son muy difíciles de observar, los aztecas interpretaban que el sol naciente Huitztlipotli mataba a la luna Coyolxauhqui y las estrellas.

Los nobles y sacerdotes realizaban las labores de observación celeste según rituales nocturnos que les permitían definir sus calendarios siendo los templos lugares altos para poder seguir la salida y puesta de los astros.

Detalle constructivo

La astronomía ejercía tal influencia en su cultura que la mayor parte de sus tradiciones están basadas en el comportamiento de las estrellas, planetas y otras nociones espaciales y sus decisiones diarias se regían por los resultados de sus observaciones del cielo. Era parte de la religión, tenía estaba muy relacionada con la arquitectura. Construyeron grandes edificaciones, especialmente pirámides, en honor al sol, la luna y otros astros, como modo de agradecer a las estrellas y glorificarlas. En ellas se realizaban sacrificios, los que según su pensamiento mágico-religioso aseguraban el correcto funcionamiento astral y la bonanza del planeta.

Construyeron observatorios que les permitieron realizar observaciones muy precisas, hasta el punto que midieron con gran exactitud el periodo de revolución sinódico de sol, de la luna y de los planetas Venus y marte. Otro gran avance astronómico fue la predicción de eclipses solares y lunares, así como del paso de cometas y estrellas fugaces

Muchos de estos espacios eran también observatorios desde donde rastreaban el movimiento celeste, tal como hacían otros pueblos mesoamericanos. La labor era realizada por nobles y sacerdotes, quienes realizaban rituales nocturnos que les permitían definir sus calendarios. Los templos eran lugares altos para poder seguir la salida y puesta de los astros.

Las líneas equinocciales les servían de orientación a la hora de hacer los centros de culto. El Templo Mayor fue alineado de tal forma que durante el equinocío de primavera, el sol sale entre dos de sus construcciones.

Los aztecas también estudiaron y desarrollaron la meteorología para facilitar sus labores agrícolas y la astronomía ejercía tal influencia en la cultura azteca que la mayor parte de sus tradiciones estaban basadas en el comportamiento de las estrellas y planetas.

La civilización Azteca surgió a partir del siglo X y su máximo esplendor fue entre los siglos XIV al XVI, en los que ocupo desde la actual región central de México hasta parte de Guatemala.

 

Ángel Villazón Trabanco

Dr. Ingeniero Industrial

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