Pintura Italiana del Renacimiento

El Renacimiento es un movimiento cultural surgido en Italia en los siglos XV y XVI que supuso el renacer de los ideales y valores clásicos tras los años oscuros de la Edad Media. La pintura del Renacimiento celebraba la naturaleza y la vida, desarrollándose así los ideales del movimiento humanista.

Era momentos en los que la iglesia y los nobles imponían su poder sobre los campesinos para dominarlos y controlar el acceso al conocimiento,  una forma de actuar que contrastaba con la época clásica en la que los antiguos griegos y romanos se volcaban en el desarrollo de la ciencia, la política y la filosofía.

A comienzos el siglo XV, en Italia, cuna del Renacimiento, se vivió un enorme renacimiento cultural que vino acompañado de un renacimiento que afectó a todos los sectores de la sociedad. Un movimiento que se alejó de todo lo que significaba el gótico y el románico, volcándose en revisar el arte clásico más en línea con la filosofía humanista y el individualismo.

Los artistas renacentistas se sumergieron por completo en el estudio de las Humanidades, creando todo tipo de obras de arquitectura, filosofía, ciencia, pintura, matemáticas, escultura, etcétera, en un intento de ser artistas completos. Su trabajo innovador tuvo una gran repercusión y aún hoy en día siguen influyendo en todos los ámbitos creativos y culturales de la actualidad.

La vida urbana y el comercio, son la base del desarrollo de las ciudades italianas el siglo XV. Un ambiente cosmopolita en el que surgieron los primeros talleres de los grandes maestros pintores del Renacimiento. Florencia, Venecia o Roma se convirtieron así en centros religiosos, militares, políticos y culturales. Los pintores del Renacimiento pasaron de la tabla al lienzo, sustituyeron el temple por el óleo, técnica que permitía más posibilidades plásticas y que ya se empleaba en la pintura gótica flamenca.

Sandro Boticcelli

En Italia era habitual que los artistas pasaran de una ciudad a otra, por lo que compartían la influencia. En concreto en Florencia predomina el dibujo y en Venecia un colorido brillante, predominando ese color sobre el dibujo y la luz, con brillos y atmósferas doradas.

La pintura italiana se puede dividir en etapas como los primitivos o Trecento destacando las dos principales escuelas en el italo-gótico, la florentina con Giotto a la cabeza, con su maestro Cimabue, donde modelan fuertemente las figuras, y su seguidor Taddeo Gaddi y la sienesa con Ducchio o Martini con un sentido más decorativo, amable y anecdótico.

En el Quattrocento destacan Giovani Bellini, Fra Angélico, Piero della Francesca, Botticelli o Mantegna. La perspectiva lineal y las figuras parecen recortadas y pegadas al cuadro, sin deaparecer el interés por las proporciones.

El Cinquecento, destaca por los pintores de Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, que buscan la perspectiva aérea con colores azules de fondo y el sfumatto, donde difuminan los contornos, además de Paolo Veronese y Tintoretto en Venecia.

En la etapa del manierismo, representación de la realidad de manera poco naturalista, se pueden destacar a Parmigianino, Bronzino, Corregio o Sebastiano del Piombo.

En el siglo XVII, en el Seicento, tenemos las dos grandes tendencias, el tenebrismo o el clasicismo boloñés, destacando en la primera Caravaggio y sus seguidores Orazio Gentilleschi o su hija Artemisa Gentileschi y en el clasicismo boloñés Annibale Carracci, Domenichino, Guido Renni, Guercino, Pietro da Cortona o Luca Giordano son sus representantes más importantes.

En el tenebrismo o naturalismo, Caravaggio es el fundador de esta tendencia y su máximo representante, que trata temas de la vida cotidiana con tétricas imágenes usando efectos de luz. Usa contrastes fuertes de luces y sombras, iluminándose partes de la escena con intensidad y otras están en la más absoluta oscuridad. La figura humana con sus actitudes y gestos es la predominante, importando menos los paisajes y fondos. Se muestra la realidad tal y cómo es, a veces de manera dramática.

En el clasicismo boloñés, los hermanos Carracci son los creadores de esta tendencia. Sus temas se inspiran en la mitología grecorromana abundando seres mitológicos. Pintan una belleza ideal apegado al Renacimiento, colores y luz más suaves que en el caravaggismo y hay un toque más alegre. Se representan paisajes clasicistas, donde suelen aparecer ruinas griegas o romanas, con sentido del orden. En estos paisajes aparecen pequeños personajes. También se pintan frescos en techos y bóvedas. En algunos techos pintados se crea una perspectiva de trampantojo donde aparecen arquitecturas fingidas.

En el siglo XVIII o Setteccento destaca en Venecia Giambattista Tiepolo y vedutistas como Canaletto, que construye sus obras con manchas o a base de puntitos, Francisco Guardi, o Giovanni Panini.

El Museo del Prado que alberga la segunda mayor colección de pintura italiana, sólo por detrás de la española, consta de más de mil obras como por su calidad. Sin contar la colección de los Museos Vaticanos.

En una evolución cronológica de la pintura italiana del renacimiento podemos ir a Florencia, donde se experimentó una auténtica revolución pictórica, sin olvidar las aportaciones técnicas que plantearon los artistas flamencos por la misma época.      

Los principios estéticos de la nueva pintura fueron codificados por el humanista florentino León Battista Alberti en su tratado artístico De pictura, en el siglo XV.

Detalle La leyenda de la Vera Cruz, Piero della Francesca

La pintura renacentista supone una vuelta a la cultura clásica, a la búsqueda de la belleza. Es una pintura naturalista, preocupada por la representación de la realidad de la Naturaleza. La idea del mundo griego se hace presente. Desarrollaron la perspectiva que podemos considerarla como el procedimiento para representar gráficamente objetos en tres dimensiones, la pintura se configura como una “nueva ciencia” que tiene su fundamento en la observación de la naturaleza y la perspectiva matemática.

Son pinturas que se realizan por encargo, de mecenas políticos o religiosos y se contratan todas las condiciones como el número de figuras, los materiales.  Había pintores que estaban al servicio de un mecenas que les daba un sueldo mensual.

La temática es religiosa, mitológica o profana, donde los retratos tienen un auge, muchas veces de perfil, majestuosos y llenos de serenidad, dejan de ser descriptivos para ser psicológicos, incluso dramáticos como el caso de Rafael y Tiziano, cuidándose mucho la expresión, la posición de las manos, la riqueza de los vestidos, los gestos. Los estudios anatómicos son muy frecuentes.Abuelo con su nieto, Ghirlandaio

Las alegorías, ideas abstractas representadas como imágenes, como la representación de los sentidos, del vicio versus la virtud, etc., tienen una vigencia importante. También el paisaje se convierte en un género independiente conforme va avanzando el siglo XV. Por lo que se refiere a la composición, el paisaje, sin deta­llismos, sirve para encuadrar escenas y darles una dimensión espacial y las figuras se reparten ordenadamente y con un plan preconcebido.

La pintura se realiza sobre muros, tablas y lienzos, siendo las técnicas más comunes el fresco, el temple y el óleo, y la luz adquiere gran importancia y en ocasiones sirve para modelar y para crear espacios.

Cronológicamente, se pueden distinguir varias etapas:

El Quattrocento, siglo XV, es la etapa de iniciación y se desarrolla sobre todo en Florencia. Sus principales representantes son Massaccio, Sandro Botticelli, Paolo Ucello, Doménico Ghirlandaio, Andrea Mantenga, Piero della Francesca etc.

El Cinquecento, siglo XVI, encontramos dos tendencias artísticas, la Clasicista, correspondiente al Renacimiento pleno, y otra contraponiéndose a la anterior, la Manierista. Los principales pintores del Cinquecento son, Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Giorgione y Tiziano.

Esta etapa supuso llevar a sus máximas consecuencias los logros artísticos del Quattrocento. Las obras de Leonardo da Vinci y parte de la producción de Rafael Sanzio y Miguel Ángel Buonarroti ejemplifican lo mejor del Clasicismo. Se avanza en el estudio de la luz, de las proporciones y se acentúa la representación de la belleza idealizada, encontrándose su centro artístico en Roma.

Pero el siglo XVI, es la época del Manierismo, crisis del modelo clásico y de la sociedad de la época. Es un arte intelectual, refinado y cortesano, por eso no tuvo expansión en las clases populares y quedó reducido a ciertas élites.  Las figuras se deforman, pierden las proporciones, armonía e ideal de belleza clásico.

Triunfan las líneas “serpentinatas”, en forma helicoidal, y pintores italianos del Cinquecento como Miguel Angel, el Parmigianino, Archimboldo, etc. o el Greco, en España, entre otros la adoptan.

Entre las principales características de la pintura del Renacimiento italiano destacan:

  1. – Los maestros italianos crearon grandes murales, trabajando también la técnica del fresco. Sus composiciones son equilibradas, simétricas e inspirándose en las formas geométricas.
  2. -Introducen la perspectiva como nuevo sistema de representación visual. Una representación basada en la matemática de profundidad del espacio. Una forma de integrar todos los elementos el cuadro, ya prefigurada en el gótico, y que consigue hacer que los personajes dejan de tener un fondo plano para representarse dentro de espacios arquitectónicos y con diferentes distancias y planos. La profundidad se consigue gracias a las líneas que convergen en un punto de fuga ubicado dentro del plano.
  3. – La línea predomina sobre el color, concibiéndose el dibujo como padre de las artes visuales. Tanto en la escuela de Florencia, en el Quattrocento, como en la escuela de Roma, en el Cinquecento, el dibujo predomina en el contorno y el diseño de las figuras, provocando un uso secundario del color. Es en el Manierismo, escuela veneciana, cuando el color comienca a imponerse sobre el dibujo. Tras la perspectiva lineal, aparece el gusto por los detalles naturalistas y anatómicos, la proporción, el claroscuro.
  4. – En cuanto a la temática se evoluciona de las historias religiosas a las nuevas escenas de batalla, los retratos y representaciones de personas comunes. El arte es una forma de reflejar los eventos y las personas de su época, mostrando episodios históricos.
  5. – El humanismo influye en los pintores renacentistas y los lleva a enfatizar la relación del hombre con el mundo, y el universo, considerando que no es exclusiva de la Iglesia.
  6. – El mecenazgo se impone como forma de protección a los pintores. Bajo el mecenazgo, el artista consigue separarse de la Iglesia y de la monarquía. Aparecen nuevos mecenas como los Medici que solicitarán a los artistas que produzcan obras históricas con formas nuevas y más audaces.

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