Pintura Italiana del Renacimiento – Tiziano

Tiziano procedía de una familia con elevado estatus en Cadore, era el cuarto hijo de Gregorio Vecelli, un concejal y militar. A la edad de 10 años, Tiziano y su hermano mayor, acudieron a Venecia para ingresar como aprendices en el taller de Sebastiano Zuccato, un famoso mosaiquista.

Debido a su talento, en el transcurso cuatro años, entró en el estudio del Giovanni Bellini, que en ese momento era el artista más reconocido de la ciudad. Allí se encontró con un grupo de jóvenes que conformarían la primera generación de pintores de la Escuela veneciana,   entre ellos Giorgione. Su hermano Francesco también gozó de cierta relevancia en Venecia como pintor.

La Escuela Veneciana, era un grupo caracterizado por un uso moderno del color, llegando a ser pintor oficial de la República de Venecia, cargo que ostentaría ininterrumpidamente durante sesenta años, hasta su muerte.

Muertos Giorgione y Bellini  no quiso dejar Venecia. Pero de toda Europa le llegaban encargos, sobre todo retratos de altos cargos entre los que se encontraba Carlos I, consiguiendo captar el reflejo de la psicología de los retratados. Realizó muchas escenas mitológicas y obras religiosas que hicieron que el Papa Pablo III cayera rendido ante su arte. La ciudad de Roma le concedió en 1546 la ciudadanía, prestigioso reconocimiento que también había conseguido Miguel Ángel.

Tiziano fue uno de los soldados culturales de la Contrarreforma. La iglesia católica necesitaba artistas como él para crear la iconografía necesaria para expandir su ideología y este lo aprovechó al máximo para sacarse un dinerillo.

El pintor continuó aceptando encargos hasta el fin de sus días, y murió con los pinceles en la mano a causa de la peste negra y por respeto a su figura se permitió que sus restos no fueran incinerados como obligaban las autoridades.

Sus colores cambiaron el rumbo del arte. Tiziano pintaba directamente sobre el lienzo y el resultado denota esa inmediatez y frescura. Sus colores eran vívidos y luminosos.

Su larga vida y una capacidad de producción asombrosa explican el papel que ejerció Tiziano como máximo representante de esta escuela veneciana. Así, desde el estilo refinado, sensual, brillante de su juventud, hasta su dramática e intensa producción final, la trayectoria de Tiziano resumen lo mejor del siglo XVI. Destaco en todos los géneros, mitológicos, históricos, religiosos, paisajísticos, y como retratista fue requerido por los mejores mecenas de Europa, ya que su prestigio alcanzó a Miguel Ángel.

TTuvo una estrecha relación con Carlos V y Felipe II, siendo éste último su mejor cliente.

Su talento como retratista fue incomparable y estuvo jalonado de obras maestras como Carlos V en la batalla de MühlbergDánae, Venus y Adonis, Diana y Acteón, Diana y Calisto, el Rapto de Europa y Perseo y Andrómeda, etc.

Carlos V a caballo en Mühlberg.

Tiziano le retrata momentos antes de la victoria de Mühlberg contra los príncipes protestantes de Alemania y los Países Bajos que se habían aliado contra el dominio imperial. El trasfondo era claramente político, pero la excusa fue la guerra religiosa entre católicos y protestantes. Tiziano dota a la imagen del emperador de un aura casi sagrada, en su gesto determinado, y ajeno a la fatiga. El colorido se aprecia por lo demás en toda su plenitud.

Además, inaugura un género que hasta el momento se había tratado muy tímidamente y que alcanza su esplendor en el Barroco, el retrato real a caballo.

Venus y Adonis.

Obra mitológica conservada en el Museo del Prado, que forma parte de la serie que Felipe II le encargó para decorar sus habitaciones privadas. Se denominaron Poesías y tenían como objetivo mostrar a la mujer desnuda desde diferentes perspectivas. Tiziano se inspiró en la “Metamorfosis” de Ovidio para representar estas escenas con un contenido claramente erótico.

La sociedad española de los siglos XVI y XVII sería muy propensa a la dualidad, se pregonaba una actitud y se realizaba la contraria. Si Dánae aparece de frente, la figura femenina en Venus y Adonis se encuentra de espaldas, intentando retener a su amado que, cuando se marche de caza, encontrará la muerte.

Reconocido por sus contemporáneos como «el sol entre las estrellas», en homenaje a la línea final del Paraíso de La Divina Comedia de Dante Alighieri, Tiziano ejecuta retratospaisajesescenas mitológicas o cuadros de temática religiosa.

Tuvo una larga y dilatada carrera, y su obra atravesó muchas y diferentes etapas, en las que su estilo cambió tan drásticamente que algunos críticos tienen problemas para creer que los cuadros de su primera etapa y los de las posteriores hayan salido de la misma mano.

Existen dos épocas diferenciadas en cuanto al desarrollo estilístico de debido a su evolución personal como a la de la propia pintura del Renacimiento, que en pleno Cinquecento buscaba ámbitos nuevos más alejados del clasicismo inicial.

La personalidad artística de Tiziano fue formándose sobre el sustrato de Giorgione y se fueron sedimentando notas propias de clasicismo, mediante una unión renacentista, entre razón y sentimiento.

El pintor realizaba ya desde un principio, bocetos o dibujos preparatorios de manera poco frecuente. Estos bocetos, realizados con tizacarboncillo o tinta y pluma, eran posteriormente desechados para pintar directamente sobre la tela.

Las obras de su primera época ya marcan el paradigma del conjunto de su producción: cuadros religiosos como el Noli me tangere, figuras femeninas rotundas y plenas como Amor sacro y amor profano y retratos como el de Ariosto, con el que señala el prototipo de retratos de busto entero.

El Retrato de Pietro Aretino.

A mediados del siglo xvi, Tiziano comenzó a experimentar con la técnica que caracterizaría el último período de su producción y que marcaría un nuevo giro en su obra. Antes de su marcha a Roma, entregó a Pietro Aretino un retrato “privado”, como prueba de su estrecho vínculo profesional con el escritor toscano. Esta es la característica fundamental de un período dedicado más al color qué al dibujo. El resultado muestra la inmediatez y la expresividad, captando la realidad en el momento preciso.

Los contornos ya no están definidos con exactitud y las pinceladas son extendidas de modo veloz. La materia pictórica queda en evidencia tanto en el rostro, como en las ropas. El resultado son personajes en movimiento, impregnados de gran animación vital y en claro contraste con la ejecución del dibujo.

Esta evolución personal es muy importante para la Historia del Arte debido a que supone un precedente de posteriores innovaciones, como el Impresionismo, y la propia evolución de la pintura veneciana del siglo xvi no puede entenderse prescindiendo de él. Sin embargo, recibió infinidad de críticas, que eran auténticos ataques a Tiziano por su escasa atención al dibujo.

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