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Fue un hombre del renacimiento, arquitecto, pintor y poeta, y sobresaliente en todos esos campos, pero su pasión su vocacional, fue la escultura. Uno de los más grandes artistas de la historia del arte universal, por sus esculturas y por su asombrosa labor pictórica.
Fue el segundo de los cinco hijos de un cantero florentino y la madre de Miguel Ángel murió cuando él tenía seis años. Siendo niño fue aprendiz de un pintor florentino, un año después, fue trasladado al taller de Bertoldo di Giovanni, donde aprendió escultura.
Con trece años, Miguel Ángel fue invitado a vivir y estudiar en el palacio de los Medici, donde permaneció durante cuatro años. Se sintió atraído por la escultura en el jardín de San Marcos, lugar al que acudía con frecuencia para estudiar las estatuas antiguas de la colección de los Medici.
Conoció a los Medici más jóvenes, dos de los cuales llegaron a ser papas León X y Clemente VII, y también a humanistas como Marsilio Ficino y a poetas como Angelo Poliziano.
Fue admirado en vida por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino y triunfó en todos los encargos que le fueron encomendados.
Su obsesión por la perfección lo obligaba a no entregar jamás algo mediocre, y tanto en Florencia como en Roma, reyes y papas cayeron rendidos a su arte, aunque ciertamente se vivieron ciertos roces debido a la marcada personalidad de Miguel Angel.
Desde muy pequeño supo que quería ser artista, algo que no gustó nada a su padre. En aquellos tiempos el oficio de artista no tenía el prestigio que tuvo en otras épocas, pero al final su talento permitió que Lorenzo el Magnífico lo invitara a vivir en su palacio/escuela.
Allí destacó sobre los demás, en especial sobre otro alumno, Pietro Torrigiano, que harto de insultos y humillaciones sobre la valentía de firmar obras tan malas, le propinó un puñetazo que le rompió la nariz a Miguel Ángel. Por eso en sus retratos, el artista siempre tiene la nariz chata.
Su mecenas, Lorenzo el Magnífico, murió en 1492, y dos años después abandonó Florencia. Durante una temporada se estableció en Bolonia y esculpió entre 1494 y 1495, tres estatuas de mármol para el Arca de Santo Domingo en la iglesia del mismo nombre. Después, viajó a Roma, donde estudió las ruinas y estatuas de la antigüedad clásica que se estaban descubriendo.
En toda Italia se conocía su arte y pronto los poderosos quisieron contar con su obra. Realizó esculturas prodigiosas y frescos alucinantes, todos ellas obras maestras indiscutibles que le permitieron tener una vida muy acomodada, y además pudo vivirla como quiso.
David
Homosexual, tuvo bastantes amantes, incluidos algunos de sus discípulos como Tommaso Cavalieri que incluso dejó a su mujer e hijos para instalarse en su taller. Siempre usó a hombres como modelos, le repugnaba la figura femenina. Hasta para sus mujeres utilizaba hombres. Quizás por eso los cuerpos sean tan musculados.
Cuando Miguel Ángel muere con 88 años, Cavalieri estaba al pie de su cama, en su residencia de Roma.
Desde el punto de vista pictórico, hay una gran diferencia entre la obra juvenil que desarrolla en Florencia y la obra que tiene lugar en Roma. Allí realizará los frescos de la Capilla Sixtina del Vaticano, su pintura de la bóveda de la Capilla, la emprendió a disgusto y en ella trabajó hasta la extenuación entre 1508 y 1512. Fue una labor titánica, un gran esfuerzo intelectual, que le supuso inventar un programa iconográfico y resolver las mil dificultades técnicas que requería.
La creación de Ádan
El Juicio Final, en la capilla Sixtina, lo llevó a cabo unos veinte años más tarde, en torno a 1535, reflejando la inquietud espiritual y el pesimismo que agobiaron al artista en sus últimos años.
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