El renacimiento tuvo lugar entre el siglo XIV y XVII, y suele dividirse en tres periodos, Quattrocento, Alto Renacimiento y Bajo Renacimiento, y fue uno de los periodos más revolucionarios de la historia del arte.
El Quattrocento, como se conoce a la primera fase del Renacimiento, tuvo lugar en el siglo XIV. Fue un periodo de transición, en el que artistas como Brunelleschi y Giotto, redescubrieron la estética clásica de la proporción, perspectiva y anatomía humana.
Entre estos pioneros creativos se encontraba Masaccio (1401-1428) quien forjó el camino del arte renacentista con su uso de la perspectiva lineal y de puntos de fuga, además de su gran interés por el realismo, lo convirtieron en el primer gran pintor del Renacimiento italiano.
Fue un pintor con una vida artística muy breve, pues murió a los veintisiete años, pero la importancia que tuvo, además de la relativa abundancia de sus creaciones, estuvo en la aportación decisiva al Renacimiento, ya que fue el primero en aplicar las reglas de la perspectiva, y también una técnica innovadora en la pintura, que mostraba una comprensión profunda de la anatomía.
Masaccio se trasladó a Florencia cuando aún era muy joven, y ya en 1422 figuraba inscrito en el gremio de pintores de esta ciudad. Nada se sabe de lo que hizo hasta entonces y con quién se formó pero se le vincula con el taller de Masolino, pero se cree que no fue donde se formó, sino que se incorporó como colaborador ya formado.
Su primera obra documentada, el tríptico de San Juvenal, 1422, es una creación que supera plenamente el gótico. En 1424, Masaccio comenzó a trabajar en la Capilla Brancacci en Florencia, junto con su compañero Masolino donde crearon una serie de frescos considerados entre las obras maestras de la pintura renacentista. Entre estas, se encuentran «La expulsión de Adán y Eva del Paraíso» y «La tentación de Adán y Eva».
Las figuras de Adán y Eva expulsados del Paraíso reflejan la concepción que Masaccio tenía de la pintura, basada en la masa y el volumen de las figuras, en una única fuente de luz y en la representación científica de la perspectiva. La importancia de estos frescos fue tal que todos los grandes pintores posteriores, incluidos Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, los estudiaron
En el posterior políptico para el Carmine de Pisa en 1426, con composición de pocas figuras esenciales y la plasmación natural de la luz que definen su estilo, se despliega en su obra maestra, el ciclo de frescos sobre la vida de San Pedro y la expulsión del Paraíso, pintados para la capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine, en Florencia, en colaboración con Masolino.
En 1425, Masolino dejó la capilla, quedando a Masaccio como el único artista a cargo del proyecto. En solitario, completó su obra más famosa en la capilla, «La Trinidad», obra conocida por su técnica innovadora y su impresionante uso de la perspectiva.
En 1428, realizó su última obra, un fresco de la Trinidad en Santa María Novella, que ha pasado a la posteridad como un ejemplo emblemático de perspectiva y composición.
Después Masaccio comenzó a trabajar en Roma donde completó varias obras importantes, incluyendo «La Crucifixión de San Pedro» y «San Pedro y San Juan curando al paralítico», pinturas que demuestran una vez más la habilidad de Masaccio para representar figuras humanas con una gran precisión anatómica.
Poco después de acabar esta pintura, Masaccio se trasladó a Roma, donde murió de repente, se ha llegado a decir que por envenenamiento. Era una figura prácticamente desconocida, pero su obra no tardó en proyectarlo al primer plano de la actualidad y ejerció una gran influencia durante el Renacimiento.
Tras su corta pero influyente carrera, Masaccio murió en 1428, y a pesar de su muerte prematura, su obra tuvo un gran impacto en la historia del arte. Sus técnicas innovadoras, influyeron en una generación de artistas posteriores, como Sandro Botticelli, Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
Hoy en día, se considera a Masaccio como uno de los artistas más importantes del Renacimiento temprano, y su legado sigue siendo evidente en la pintura y la escultura del Renacimiento y de la época posterior.
Fue pionero en la utilización de la perspectiva lineal en el arte y desarrolló un nuevo enfoque de la figura humana, más realista y tridimensional. Introdujo una nueva técnica de pintura al fresco, que permitía una mayor precisión y detalle.
Su trabajo tuvo una gran influencia en artistas posteriores, como Leonardo da Vinci y Michelangelo.
En esta época, Florencia era un centro de innovación creativa. Masaccio pudo estudiar las pinturas de Giotto, así como el ingenioso trabajo de Brunelleschi y Donatello. Además, su contacto con el arte antiguo griego y romano continuó influenciando su pintura.
“El pago del tributo”, capilla Brancacci, 1425
El arte de Masaccio posee similitudes con Giotto en cuanto a estilo, especialmente en la emoción de los rostros de sus figuras. Sin embargo, a diferencia de Giotto, Masaccio emplea una perspectiva lineal en sus composiciones y utiliza el claroscuro en lugar de los contornos para definir a sus sujetos. Como resultado, las pinturas de Masaccio lucen más realistas que las de sus predecesores.
“Trinidad” c. 1427.
Más tarde, en 1427, Masaccio obtuvo el encargo que le llevaría a su obra maestra, la Trinidad. Pintado en la iglesia dominicana de Santa Maria Novella, Florencia, este fresco utiliza una perspectiva lineal.
Aunque la carrera de Masaccio se vio truncada por su muerte a la edad de 26 años, dejó un profundo legado en la dirección del arte del Renacimiento italiano. Su alejamiento del estilo gótico y la adopción de ideas clásicas como el realismo anatómico, la perspectiva y la proporción influyeron directamente tanto en sus contemporáneos como en sus sucesores en el Alto y el Bajo Renacimiento.
Una pena que haya muerto tan joven