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Cuando vemos un cuadro del Bosco lo primero que observamos es su carácter imaginativo y moralizante, expresado a través de elementos como la sátira y la burla. Utiliza muchos elementos fantásticos, que podríamos denominar surrealistas, pues parecen sacados de sueños y pesadillas. La imaginación popular del momento estaba plagada de imágenes fantásticas y monstruosas y ciertamente El Bosco estaba nutrido de imaginería a través de tratados iconográficos, de grabados, de literatura, etc. tenía conocimiento de muchos animales naturales y mitológicos por medio de los bestiarios y relatos de viajeros publicados en la época.
La aportación de El Bosco en la pintura flamenca es haber elevado la iconografía fantástica propia de las artes menores a la importancia de la pintura al óleo o sobre tabla, reservada a la liturgia, o a la devoción piadosa. Trasciende para crear un estilo único y ejerció una importante influencia en los pintores venideros como Pieter Bruegel el Viejo, y consigue dar a sus cuadros una función social, aun dentro de su profundo sentido moral católico mirando con dureza el entorno, y no escatimando en denunciar la hipocresía eclesiástica cuando era necesario.
El jardín de las Espérides.
Se pueden observar la rareza de las formas geométricas y la construcción de múltiples escenas concatenadas pero autónomas. Frecuentemente conforman paneles del mundo terreno y del infierno, y a menudo un ambiente coral de estruendo plácido y sufriente respectivamente.
Siete rutas de pecado.
El Bosco fue un pintor de élite, que puede considerarse conservador a pesar de su frondosa imaginación, un hombre culto, bien informado y documentado, acostumbrado a la lectura.
La muerte.
Como miembro de la cofradía de Nuestra Señora, y bajo la influencia de la espiritualidad de los Hermanos de la Vida, El Bosco logró explorar a profundidad la moralidad católica y como un profeta, quiso dar señales sobre las contradicciones humanas y el destino de los pecadores.
Juicio final y los cuatro jinetes del apocalipsis.
El infierno
Los ciegos, objeto de cruel entretenimiento, volvían a ser protagonistas del lienzo que se describía como Unos Çiegos andan a la caza de un puerco jabalí.
Tapiz del Bosco.
Para la época del pintor la desnudez en la pintura era inaceptable, excepto que se tratara de la representación de los personajes mitológicos, como Venus y Marte y, Adán y Eva, cuyo fin último era aleccionador.
Gracias al ambiente algo más permisivo del Renacimiento, El Bosco representa la desnudez de personajes comunes, pero, lo justifica como ejercicio moralizador.
Ángel Villazón Trabanco
Ingeniero Industrial
Doctor en Dirección y Administración de Empresas
Ángel Villazón, de origen mexicano, tiene una página web dedicada a la Narrativa, al Arte, a la Cultura, a la Gastronomía Mexicana, etc., donde puedes leer muchos relatos y artículos, además de poder comprar sus libros