El Muralismo Mexicano II

Los muralistas inicialmente aplican elementos de las vanguardias occidentales, tales como el expresionismo en Orozco, el futurismo en Siqueiros, y el cubismo en Rivera, pero acabaron por apartarse de ellas.

Diego Rivera - El mercado de Tlatelolco
Diego Rivera – El mercado de Tlatelolco. Palacio Nacional

 

Si las vanguardias proponían alcanzar la autonomía artística y disolver la importancia del contenido, se encontraron con que el muralismo volvía con un contenido nuevo, con nuevas mitologías e historias, superando la mirada que se centraba en Europa, y se constituía como un movimiento latinoamericano. El proceso de conceptualización de estos contenidos generó formas plásticas únicas, gracias a la observación de la estética prehispánica e indígena.

El arte del muralismo, de este modo, rechazaba la absolutización de la autonomía del arte y devuelve a este a su función social amplia, esencialmente educativa y propagandística.

En un principio, se representaban temas dentro del idealismo individualista de José Vasconcelos, como los principios republicanos y libertarios. Eran tiempos en los cuales las ideologías de izquierda estaban en plena expansión y se erigían como una promesa y se representaron valores como la lucha de clases, la libertad, la opresión, la vida de los campesinos, la clase obrera y sus líderes políticos, entre otros.

La tendencia del movimiento era suscribir la modernización y el progreso, también la apología del conocimiento, la ciencia y la tecnología, la industrialización y la máquina. Todo ello representaba el culto al progreso como horizonte desde una lógica marxista.

Los muralistas se abocaron a representar la historia y mitología de las culturas prehispánicas, y de esta manera, dieron una imagen y una voz a los herederos del pasado indígena a través de las artes. En estas, se incluían mitos, símbolos, costumbres, relatos históricos, etc., pero lo indígena no se representó desde la fundación del movimiento, sino que fue un hallazgo progresivo.

El muralismo representa diferentes pasajes de la historia mexicana como parte de un repertorio temático, como la conquista y colonización, la guerra de independencia, la revolución mexicana, la abolición de la esclavitud, las campañas de promoción de la alfabetización, etc. Al desarrollar nuevos temas, hubo que renovar el repertorio iconográfico del arte, surgiendo la iconografía obrera y campesina en una fase inicial.

Posteriormente, en la medida en que el muralismo halló su conexión con la especificidad mexicana, desarrollaron extensamente la iconografía indígena, lo que le dio al movimiento, una identidad, sentido y riqueza.

En cuanto a la iconografía indígena, algunos de los primeros trabajos que salieron a la luz fueron los de los muralistas Jean Charlot y Fermín Revueltas. Charlot representó La matanza de Tenochtitlán y Revueltas destacó al pintar la Alegoría de la Virgen de Guadalupe, la virgen indígena de América Latina.

En realidad, lo indígena entra en el nacionalismo espiritual de Vasconcelos solo después de 1922, y aparece en el Manifiesto del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores de México de 1923, según el cual el arte del pueblo mexicano es la expresión más grande y mejor del mundo.

Sin embargo, ya en 1921, David Alfaro Siqueiros había hecho un llamamiento en el manifiesto Tres llamamientos de orientación actual a los pintores y escultores de la nueva generación americana, en el que propuso, dejar el sentimentalismo del art nouveau y volcarse a la tradición visual indígena.

A partir de entonces, no solo se incorpora la iconografía indígena, sino también el estilo plástico, surgido del estudio de las fuentes del arte prehispánico o popular contemporáneo, al alcance de los artistas. Entre los pintores más famosos de este muralismo podemos encontrar a los siguientes:

Diego Rivera.

Nacido en Guanajuato y considerado una de las figuras claves de la plástica mexicana del siglo XX. De 1896 a 1902 estudió en la academia de San Carlos. Estudió pintura en Europa a partir de 1907 y regresó a México en 1921 para integrarse con un estilo de formas planas, simplificadas y decorativas en el movimiento muralista que narra la historia social y política de México. Entre sus murales importantes se encuentran los del Palacio de las Cortes de Cuernavaca, los de Bellas Artes en la Ciudad de México, en Detroit el Institute of Arts o el del Rockefeller Center de Nueva York, que es destruido antes de que lo acabe por tener un retrato de Lenin.

Diego Rivera - El hombre controlador del universo
Diego Rivera – El hombre controlador del universo

 

José Clemente Orozco

Gran muralista originario de Jalisco, pintor autodidacta. Comienza su carrera a través del dibujo y la caricatura de tema social. Desde 1922 participa en México con Siqueiros y Rivera en los comienzos del movimiento muralista. Se traslada a vivir a EEUU en 1927 donde pinta importantes murales en diversas instituciones. Regresa en 1934 para seguir su movimiento con murales sobre temas mexicanos, pero sin el fuerte componente político de Rivera y Siqueiros. Uno de los más representativos es Hombre de fuego.

José Clemente Orozco - La trinchera
José Clemente Orozco – La trinchera. Escuela Nacional Preparatoria.

 

David Alfaro Siqueiros

Originario de Chihuahua, con solidas convicciones políticas a favor del arte público y monumental. Sus pinturas murales exaltan la vida del pueblo con influencias surrealistas y expresionistas al servicio de un exaltado combate político que lo define. Entre ellas se destaca La Marcha de la Humanidad del Polyforum Cultural Siqueiros de la Ciudad de México, que representa una gran metáfora sobre las luchas del hombre y la mujer a través de la historia; la búsqueda de una mejor sociedad para todos.

David Alfaro Siqueiros

 

Rufino Tamayo

Originario de Oaxaca. Estudia en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Ciudad de México entre 1910 y 1919. Practica una temática alejada del sentido social y político de sus compañeros. Se interesa en trasmitir emociones a través del color y la forma, creando figuras de apariencia monumental sobre fondos de color opaco que ofrecen una especial profundidad. Algunos de sus murales más relevantes, son Dualidad, en el Museo Nacional de Antropología y El nacimiento de la nacionalidad, en Bellas Artes.

Rufino Tamayo

 

Louis Henri Jean Charlot (1898-1979)

Fue un pintor nacido en Francia pero naturalizado mexicano. Al descubrir el arte prehispánico quedó fascinado por sus características, de manera que trabajó bajo el influjo de este hallazgo. Fue, además, asistente de Diego Rivera en sus primeros años. Es conocido por haber pintado La Masacre en el Templo Mayor o La Conquista de Tenochtitlán (1922-1923).

Jean Charlot - La conquista de Tenochtitlán
Jean Charlot – La conquista de Tenochtitlán. Escuela Nacional Preparatoria.

 

Ramón Alva de la Canal (1898-1985)

Fue pintor e ilustrador. Estudió en la Academia San Carlos, al igual que varios de los muralistas. Formó parte del sindicato de pintores. Entre sus obras destaca El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas (1922-1923).

Ramón Alva de la Canal - El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas
Ramón Alva de la Canal – El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas. Escuela Nacional Preparatoria.

 

Fernando Leal (1896-1964)

Fue uno de los pintores contratados por José Vasconcelos para el gran proyecto de la Escuela Nacional Preparatoria, donde pintó el fresco Los danzantes de Chalma o La fiesta del señor de Chalma (1923-1924). Asi mismo, pintó la Epopeya bolivariana en el vestíbulo del anfiteatro Simón Bolívar entre 1939 y 1942.

Fernando Leal - La fiesta del señor de Chalma
Fernando Leal – La fiesta del señor de Chalma. Escuela Nacional Preparatoria.

 

Siqueiros, quien vivió entre 1896 y 1974, se distingue de Rivera y Orozco en que sus temas proyectan más el futuro que el pasado. En sus inicios practicó un arte clasicista y nacionalista. Sin embargo, a partir de 1932, evolucionó hacia un arte mucho más dinámico. Ejemplo de ello es el Retrato de la burguesía, de la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas, ejecutado en 1940.

Se podrá ver también la influencia del arte azteca en las masas compactas, la síntesis visual y el sentido pétreo de sus figuras del período más avanzado. Incluso, elementos olmecas en la fisionomía de los personajes representados: frente grande, pómulos pronunciados, ojos oblicuos, nariz y labios prominentes. Ejemplo de todo ello serán los murales Madre proletaria / Madre campesina y El entierro del obrero (inconcluso).

 


Ángel Villazón Trabanco es ingeniero, escritor y periodista cultural y te brinda la posibilidad de leer algunos de sus libros:

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Ángel Villazón Trabanco
Ingeniero Industrial
Doctor en Dirección y Administración de Empresas

 




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